Bandera Nacional

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín  

 

A cualquier noble español le debería  causar tristeza, no exenta de cierta vergüenza y rabia, el contemplar en algunos edificios públicos –máxime  si se va acompañado de extranjeros- la desidia, el abandono y la suciedad con que en bastantes centros oficiales de la capital, autonomías y ayuntamientos, ondea la enseña nacional.

Si la bandera es el símbolo de España, muy mala imagen damos como nación a los de dentro y a los de fuera por la  incuria, abandono y desinterés que exhibimos  al ver este símbolo descolorido, grasiento, sucio y a veces deshilachado, colgado de sus mástiles.

Es de suponer que alguien será el responsable de mandar, cambiar, lavar y colocar una bandera nueva o al menos bien presentada, cada vez que la expuesta se deteriora por el paso del tiempo o los agentes atmosféricos. Pues, que se lo tome en serio el responsable. No creo que a nadie se le ocurra arengar al sacrificio por la patria, en caso de peligro, ataque o servicio, a la que se trata con tan poco respeto y consideración en su enseña.

Buena ocasión para reflexionar lo que escribió W.Wilson el día de la Nación:”Lo que la bandera representa ha sido creado por las experiencias de un gran pueblo y construido con sangre. La bandera no es el símbolo de un sentimiento, sino de una historia. Representa las experiencias de los hombres y mujeres que viven a su sombra”.Sin comentario. Como colofón invito a todos los que me han leído escuchen este himno a la bandera española. Si no vibran al oírlo es que carecen de algo muy importante.