Lo que no aparece y sí que está

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

En la campaña mediática de ataques al Papa, sufrida ha poco por toda la Iglesia, al destaparse casos de pedofilia en sacerdotes y religiosos, nada ha sido casual ni fortuito. Es bien sabido, que la única institución firme, que se opone tenazmente a las poderosas y ocultas fuerzas del mal, pertrechadas con todos los medios del capital, la propaganda y la influencia sociopolítica, es la Iglesia católica. El emblema, cabeza visible de la misma es el santo Padre, el Papa Benedicto XVI. Arrumbado este baluarte, nada impedirá la implantación de un nuevo orden mundial, una nueva moral, un nuevo sistema de valores que nada tendrá que ver con los caducos criterios sobrenaturales de la Iglesia.
He aquí, el objetivo a lograr: Desprestigiar, enfangar y combatir al Vicario de Cristo en y por todos los medios y por doquier, hasta silenciar la única voz discrepante a favor de la vida, la familia, la dignidad del hombre y los valores transcendentes.
Todo ha sido meticulosamente pensado y ejecutado en ámbitos de poder y dinero. Así lo han descubierto y denunciado periodistas católicos en medios libres e independientes. Uno de ellos, en el Avvenire, Massimo Introvigne (18/3/2010) escribió un clarificador artículo, del cual extracto el final:”Los casos dolorosos de los que más se habla en estas semanas, no son siempre inventados, pero se remontan a hace 20 o incluso 30 años.Tal vez sí, hay alguna novedad.¿Para qué exhumar en 2010 casos antiguos o muy a menudo ya conocidos al ritmo de uno por día, atacando más directamente al Papa-ataque por lo demás, paradógico si se considera la enorme severidad del cardenal Ratzinger antes y de Benedicto XVI sobre este tema?.Los “empresarios morales” que organizan el pánico tienen una agenda que se da a conocer cada vez más claramente y que no está realmente centrada en la protección de los niños. La lectura de ciertos artículos nos muestra como lobbies muy poderosos pretenden descalificar preventivamente la voz de la Iglesia con la acusación más infamante y hoy, por desgracia, también más fácil: la de favorecer o tolerar la pedofilia”.
Se podrán decir más alto, pero no más claro. Tras la campaña contra el Papa, nada aparece, pero afirmamos que sí está