Sentido de la vida

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

En estos tiempos de laicismo, ateísmo, relativismo y amoralismo, que vivimos hoy en España bajo el mandato socialista, es muy gratificante comprobar el número creciente de cristianos, que fieles a su fe, no se avergüenzan y saben ser – obedeciendo el dicho evangélico – “luz del mundo y sal de la tierra”.

Cuando tanto se habla y escribe sobre el velo de las mujeres islámicas; de quitar o no los signos religiosos, cruces y crucifijos de sitios públicos; cuando tantos jóvenes de ambos sexos, van con pendientes, tatuajes, amuletos etc, en los sitios más inverosímiles de su anatomía; los cristianos no deberían sentir respeto humano, al exteriorizar su fe, convicciones y valores cristianos en su propia persona y donde actuasen.

Si de siempre, la cruz ha sido la señal externa de los cristianos, sería una manera fácil, sencilla y eficaz de testimoniar lo que somos, llevando, por ejemplo, una cadenita al cuello con una pequeña cruz. Bueno es recordar la leyenda y victoria de Constantino sobre su enemigo Majencio, en el puente Milvio y que mandó pintar en los escudos de su tropa: “In hoc signo vinces”.Con esta señal vencerás.