Cambio de vida

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

Las personas no somos máquinas de piñón fijo, ni como los ríos, cuya agua no puede volver atrás. Al usar la libertad, tenemos la posibilidad de cambiar, rectificar y escoger en la vida otro rumbo que nos satisfaga y haga felices. De vez en cuando, está bien echar una mirada a nuestro interior, para ver si vamos bien en la vida, nos sentimos realizados y estamos contentos con nosotros mismos. De sabios es rectificar.

Todos los humanos nos sentimos atraídos por el bien, la belleza, la verdad y el amor. Dentro y fuera de nosotros encontramos algunas de esas cualidades que nos fascinan, pero que sólo satisfacen relativamente al poseerlas. Y es que la fuente de todo bien, belleza, verdad y amor está sólo en Dios, el ser absoluto. Hacia él, como partículas de hierro ante el imán, todos nos sentimos irremediablemente atraídos y experimentamos la verdad del dicho agustiniano:”Nos has hecho, Señor, para ti y nuestro corazón anda inquieto hasta que descanse en ti”.Lo pensemos o no, todos los humanos venimos de Dios, somos de Dios y a Dios nos dirigimos. Buena ocasión la que nos ofrece la Cuaresma para meditar el rumbo que lleva nuestra vida y obrar en consecuencia. Centrarnos en Dios es lo esencial. Nos va en ello nuestra paz y felicidad. Estamos a tiempo.