Nada te turbe, nada te espante

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

Tiempos recios y convulsos  los que tocó vivir a la gran santa de Avila, madre Teresa de Jesús. Parecía,  que todo andaba desquiciado, como fuera de sitio y lugar. Tanto el Estado, como la Iglesia, en pleno siglo XVI, dejaban mucho que desear en todos los sentidos. No eran precisamente tiempos de paz y de bonanza, propicios para descubrir a Dios. Desde el año 1515 en que nació la santa, al 1582 en que murió, ocurrieron eventos tan importantes, que marcaron para siempre, la deriva de España y del mundo global:  Luchas de Religión, Carlos V y los Protestantes,   Lutero, el Renacimiento, Trento, luteranos, calvinistas, anglicanos,  los turcos, Lepanto etc

Sta Teresa, con los pies fijos en la tierra y los ojos en el cielo, realizó la ingente obra de la reforma del Carmelo y la creación de nuevos conventos y fundaciones por toda la geografía española. La santa no se quedó en la queja estéril, por lo mal que estaba todo, sino que se lanzó en cuerpo y alma a remediar aquello que estaba a su alcance. 

Muy semejante la situación vital de  Sta,Teresa a la que nos ha tocado vivir a nosotros –finales del siglo XX y comienzos del XXI.- Corrupción por todas partes, relativismo moral, ataques a la Iglesia, a las familias, crisis de fe, crisis  económica, crisis de valores, Gobierno sectario, millares de emigrantes en paro, familias destructuradas  y rotas por la droga y el vicio, zarpazos del terrorismo, laicismo, etc.. Todo esto y mucho más,  es el  panorama actual  de España.  

¡Qué buen ejemplo para los españoles de hoy la figura de Sta Teresa¡.Qué bien resuenan en nuestra alma  las inspiradas palabras y versos atribuidos  a  Sta Teresa, cuando escribió  para ánimo y consuelo de todos los creyentes de su tiempo :

 “Nada te turbe/ nada te espante,/todo se pasa,/Dios no se muda;/la paciencia todo lo alcanza;/quien a Dios tiene/nada le falta./Sólo Dios basta./Eleva el pensamiento,/al cielo sube;/ por nada te acongojes,/nada te turbe./A Jesucristo sigue/con pecho grande;/ y venga lo que venga,/nada te espante”.  

Gracias, madre Teresa, por tu impagable ejemplo de fe y confianza en la presencia del Señor Jesús  en nuestras vidas. Bien podemos rezar los cristianos en estas horas difíciles:  “Si vienes conmigo y alientas mi fe,si estás a mi lado a quien temeré”