Pasarse antes de llegar

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

 

Parece obvio afirmar que la Navidad se ha convertido, para gran parte de la sociedad, en la época del año por antonomasia, muy propicia para el consumismo más desaforado.

La actitud que, año tras año, se va imponiendo de un modo imparable, es adelantar cada vez más, esta ya desvirtuada celebración.

Ni la crisis económica que sufrimos, le pone freno alguno. Hemos visto en pleno mes de agosto, propaganda estatal de la Lotería de Navidad. Colas para comprar décimos. Al comienzo del curso, nos han invadido con papeletas, con carteles, con montajes de luces y adornos en calles y establecimientos alusivos a Navidad y a finales de Octubre –válgame el cielo¡- ya recibimos felicitaciones navideñas.

Da la impresión de que andamos un tanto desquiciados, con tanta prisa acelerada y que no acertamos ya a medir los días ni los tiempos. “Cada cosa a su tiempo y los nabos en adviento”. Por Dios, no exageremos ni anticipemos tanto los eventos. Si se comenta por doquier y se experimenta el efecto nefasto de la crisis y la recesión económicas, demos de lado a todos los incentivos al consumo, a los gastos superfluos y cultivemos entre todos la austeridad y el parvo ahorro.

Menos parafernalia externa y más realidad y sensatez. No hay que pasarse antes de llegar, como tampoco es más loable decir que se está de vuelta de todo y luego no ir a parte alguna.