Prohibido fumar y permitido abortar

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

 

A ninguna persona en su sano juicio dejaría indiferente la lectura de esta frase, puesta tal cual en cualquier recinto, como un reclamo publicitario. Semejaría un absurdo, algo incongruente. A casi todos nos parece normal, que se prohíba el fumar, porque nos han mentalizado, amenazado, multado y educado que el fumar es perjudicial para la salud de uno mismo y la de los demás.¿Pero qué pasa con el aborto?.

Nuestro intelecto lógico nos dice: Si el fumar es algo malo, parece bien que se prohíba. Lo que, al parecer, no todos los entendimientos perciben, es que se diga públicamente, que se permita abortar. Ahora bien, si la inmensa mayoría de la gente piensa y - está en lo cierto-, que el aborto es algo que perjudica al ser más inocente e indefenso de la sociedad e igualmente perjudica a la madre, inductores y colaboradores, es el mayor absurdo, incongruencia no sólo el que se escriba que se permite el aborto, sino lo que es incomparablemente más trágico, criminal e injusto, el que de hecho se permita abortar.

Permítaseme, al menos, el desahogo de gritar hasta la extenuación, que algo muy serio está fallando en nuestra sociedad actual. Falla la lógica en asunto tan primordial. Acepta con la mayor naturalidad, el que se prohíba fumar y se queda tan campante sabiendo que legalmente se eliminan miles y miles de niños inocentes, sin que tal barbarie no sólo no se prohíba, sino que se permita.¡Señor, cuántos ciegos, locos y malvados andan sueltos por nuestro mundo¡.