Mensaje a Internautas cristianos

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

 

Me dirijo a ti, seas quien seas, internauta cristiano, que te mueves con mayor o menor habilidad y desenvoltura por este mundo maravilloso, que Dios ha puesto en tus manos  que es Internet. Estoy seguro, que aunque lleves poco tiempo  navegando por este medio ya te habrás dado perfecta cuenta, de las posibilidades para el bien o para el mal que es esta herramienta de comunicación mundial. 

A veces habrás pensado: Si yo fuera periodista  o persona con formación, tiempo y cultura, cuanto bien podría hacer a los demás. Quizás has sentido en tu interior un poco de sana  envidia de los que escriben, publican y envían  esos hermosos  mensajes que tú  has recibido y que te han impactado vivamente por su belleza, su contenido, su valentía  y su ruego de que lo envíes a tus conocidos y amistades. De esto se trata precisamente.  

Mira, amigo(a) cristiano(a) que estás leyendo estas líneas. No tengas envidia de nadie. Tú puedes y tú estás llamado por Dios y su hijo Jesucristo a colaborar en la extensión de su Reino en el mundo. Sí, tú, no lo dudes. Dios, tu Padre, tu amigo, te llama e invita a hacer muchísimo bien desde tu casa y con tu herramienta del ordenador.

Espera tu respuesta generosa.  

Te  escribe estas líneas  un pobre  cura mayor de pueblo, ya jubilado, pero todavía  con alma joven, para animarte a que seas tú un gran apóstol y colaborador  de Jesús, en este empeño. Permíteme te cuente alguna pincelada de mi vida. Tras un infarto del que me operaron casi a vida o muerte, gracias a Dios, salí con bien de la operación. Hace de esto unos 7 años. Desde entonces consideré como una propina el tiempo que estoy viviendo.   Me metí más bien por curiosidad en este mundo de la informática sin ningún conocimiento de nada. No me arrepiento.

Hoy, a mis 77 años cumplidos, no me canso de dar gracias a Dios por el bien que he podido hacer, como instrumento suyo en este campo y que pienso seguir haciendo mientras viva, por este providencial medio.  

Muchos lo usan  sólo para su disfrute personal, que si bajar música, videos, chatear, relacionarse con desconocidos, divertirse etcétera. Pero sabes que hay también muchísimas  buenas personas y excelentes cristianos, que emplean parte de su tiempo en testimoniar de mil modos y maneras el tesoro de su fe por Internet, de persona a persona y sin poner ningún límite ni barreras a su deseo de sembrar el bien.  

Sí, también conocerás a muchos que emplean este medio para corromper, engañar, aprovecharse y difundir criterios malignos y diabólicos, anticristianos, anticatólicos y de perversión moral. ¡Allá cada uno con  su vida y con su libre albedrío, para hacer o escoger, como en todo, entre el bien y el mal posibles¡.  

Presiento cercano el cambio que va a darse en el mundo en que vivimos, el día, que haya  millones de cristianos como tú y como yo, que sean conscientes del bien que se puede hacer por este medio, sin ser cura, monja, periodista o profesional de los medios.

Simplemente por difundir todo lo positivo que recibas y trates de comunicarlo a los que tengas en su propia lista, es lo que por ahora en nombre de Jesús te pido.

Pruébalo a hacer y te sentirás feliz como nunca habías soñado. Te convencerás que merece la pena dedicar algo de tu tiempo, de tu vida, a esta personal tarea y misión. 

Estoy seguro que serán muchas las iniciativas que al leer estas torpes líneas te vendrán a la cabeza, bien tú solo, como en unión con otras personas con las que te vas relacionando. No desaproveches ninguna ocasión de relacionarte positivamente con ellas y comunicarles todo lo positivo que hay dentro de ti o que otros te hayan enviado. Es el medio más sencillo y eficaz de hacer el bien. Usa para ello el mando REENVIAR y no dejes de mandar todo lo bueno y positivo a los destinatarios de TU LISTA. 

Este mundo está dividido entre el bien y el mal. Los que somos cristianos y seguimos a Jesús y los que todavía no le conocen y siguen a Satán.

Tenemos los seguidores de Jesús el mandato terminante del Señor:”Id al mundo entero y predicad la buena nueva...No temáis, yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo”. Si este mandato de Jesús te dejase indiferente, perdóname. Tal vez me equivoqué al enviarte este mensaje. No eras tú el destinatario; pero al menos, hazme el favor de enviarlo a alguien que lo pueda aprovechar.  

Un cariñoso saludo, un fuerte abrazo y mi recuerdo en la santa misa con  mi bendición sacerdotal para ti y los tuyos. Afmo en Xto.