Cristianos de Viernes Santo

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

 

Los cristianos muchas veces trasmitimos inconscientemente la imagen de personas dominadas por la tristeza, los miedos, el dolor y los lutos. Y esto no debe ser así, porque la nuestra no es una religión de muerte, sino de vida, esperanza y alegría. El Resucitado es el futuro de la humanidad. Su Pascua es la buena noticia por excelencia.

El Pueblo cristiano en general, a pesar de los condicionamientos de la secularización , del laicismo y materialismo ambientales, todavía en muchas partes de nuestra geografía, vive con intensidad y fervor la Cuaresma y las celebraciones de la Semana Santa.

Las procesiones, los vía crucis, los oficios del Jueves y Viernes Santos, las funciones y representaciones de la Pasión, las cofradías y hermandades renovadas, la asistencia en las iglesias y en las calles, con la retransmisión de estos actos por los medios, son claras muestras de la fe de nuestro pueblo y de sus raíces cristianas.

Con todo y con eso, damos la sensación de ser cristianos de Viernes Santo y poco más.

Cristo murió es verdad y nos conmueven al máximo sus dolores, sufrimientos, pasión y muerte, expresados maravillosamente en esos pasos artísticos y en esos desfiles nada ficticios. Todo eso debería ser el paso hacia lo principal y definitivo, la Resurrección. La misión de Jesús no acabó en la muerte y en la cruz, sino en la Resurrección. Otro tanto ha de ser la vida de todo cristiano. Su meta tiene que ser la plenitud de la Vida, la alegría desbordante, la esperanza sin fin y su consecuente celebración gozosa.

Mucho nos falta todavía a los creyentes españoles, para pasar de cristianos del Viernes Santo a ser cristianos del domingo o Pascua de Resurrección.