Pasión y Gloria de la Iglesia
Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín
Que la Iglesia universal lleva hoy, como ayer y siempre, la señal de identidad de la cruz de Cristo, es una obviedad. Ese fue el camino seguido por su divino fundador y no hay otro. Por la cruz a la luz de la resurrección. Así lo mostró un interesante programa de la Cope, la mañana del Viernes santo, conectando con misioneros (as) españoles del mundo mundial.
En diversos puntos del globo, la Iglesia está sufriendo un auténtico vía crucis de odios, silencio, sufrimiento, persecución y muerte. El calvario se hace presente en todos los continentes. Desde Bosnia, Uganda, Argelia, China, Irán, Ruanda, Cuba, India, Colombia a Tierra Santa, de una manera clara y directa; hasta en incontables sitios, de un modo más artero, solapado e indirecto.
No faltan en todas partes el testimonio valiente y hasta heroico de sus mejores hijos, los misioneros (as) que con su entrega y presencia arriesgada, en medio de toda clase de penurias, hambres, guerras, discriminación, destrucción, prisión, juicios, amenazas de gobiernos etc, dan sus vidas por exigencias de su fe y del Evangelio.
Buen estímulo y ejemplo para nuestras vidas cómodas y egoístas, que buscan en tantos casos sólo el placer, el consumo, la evasión ,el dinero, el poder y el interés ante todo.
Quizá en España en esta segunda legislatura socialista, la Iglesia probará la gran verdad de su fundador: Por la cruz a la luz. Nada nuevo. Estemos preparados y sin miedo.