Los planes de los hombres y los de Dios

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

 

Abundan las personas-escribo para gente de fe, sin exclusivismos- que se abruman y hasta deprimen, si lo que les sucede en su vida o en su entorno,(personal, familiar, social e incluso nacional y global) no coincide con sus planes, aspiraciones o deseos.

Pierden la paz interior, viven agitados y sufren y hacen sufrir no poco a los que con ellos viven o se relacionan.

Hay que decir que esta actitud, además de producir efectos perjudiciales para la salud síquica y corporal, no es propia de un verdadero cristiano. En la Biblia, palabra divina para todos los problemas humanos, tenemos la respuesta cabal a este como a los demás afanes que nos ocupan y preocupan. Sólo es preciso atención, reflexión y oración.

Sin pretender ser exhaustivo para personas que se abruman fácilmente, presento algún texto sagrado capaz de darles luz, paz y sosiego espiritual. Del salmo 32:

“El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos, pero el plan del Señor subsiste para siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como heredad.

El Señor mira desde el cielo, se fija en todos los hombres; desde su morada observa a todos los habitantes de la tierra: él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar a sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. Nosotros aguardamos al Señor: el es nuestro y escudo, con él se alegra nuestro corazón, en su santo nombre confiamos. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.” (Salmo 32).Sobran los comentarios.