Otros concursos

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín   

 

Es cierto que para muchísimos humanos la vida es una lucha, una competición, un concursar y emplearse a fondo por sobresalir sobre los demás, ser los primeros en algo y destacar sea como sea. Siempre, pero en la actualidad más que nunca, proliferan en y por todos los medios, concursos con golosos premios para encontrar el tipo y la cara más bonita-las mises- ; o el cuerpo más perfecto y moldeado,- los misters-; la pareja que mejor baila, quién canta, imita mejor o tiene las mejores habilidades para encandilar al respetable. Nada digamos de los públicos y diarios concursos televisivos del saber, entender o rememorar fechas, eventos pasados, etc.

Todo esto y más, está montado para lograr un poco de fama, algo de dinero y una notoriedad más bien efímera, que pronto se evapora dejando a muchos (as) ilusos concursantes con el amargo regusto del fracaso, de la frustración, como juguetes rotos utilizados por esta sociedad materialista y consumista.

Ahora bien, sin estar en contra de este, al parecer lucrativo negocio, al menos para sus promotores y organizadores, una pregunta cabe formular en público por si alguien quiere responderla o secundarla.¿Por qué además de estos concursos tan elitistas, vistos y repetitivos, ¿no se organizan otros concursos que también, estimulen, eduquen y mejoren a la audiencia?.Prueben y convoquen a gente sencilla, corriente, que si no destacan por sus dotes llamativas físicas o de estudios o alta cultura adquirida, pero sí demuestren ser personas honradas a carta cabal, íntegras en su proceder, generosas, luchadoras pro derechos y valores humanos, altruistas y hasta heroicas en darse a los demás. Brindo la idea a creadores de programas mediáticos, para que con su experiencia e inteligencia abunden en temas como los aquí propuestos. Quizá quedarán maravillados de la respuesta de audiencia y de la labor pedagógica, cívica y emuladora que suscitarían con sus programas, además de no perder dinero que es su móvil principal.