Amor en S. Agustín
Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín
Tras la publicación de la 1ª Encíclica de Benedicto XVI, sobre el amor de Dios, se ha traído a colación en alguna publicación poco rigurosa, la conocida frase de S. Agustín: ”Ama y haz lo que quieras”, sacándola de su contexto para justificar conductas poco ortodoxas en lo moral, lejos del sentir y del escrito del Papa. Cosa fácil es dejarse llevar por el subjetivismo moral y tratar de justificar, bajo capa de amor, lo que es egoísmo camuflado.
Esta frase de S. Agustín, correctamente entendida y practicada, encierra en sí, el meollo de todo el mensaje cristiano. En efecto, nadie que ame de verdad, podrá nunca obrar mal ni respecto a Dios, a quien obedecerá en todo, ni respecto al prójimo a quien respetará profundamente.
Lo verdaderamente difícil en este aspecto del amar, es ser sincero con uno mismo y ante Dios, conocedor de los más íntimos secretos de nuestro corazón. Muchas veces al socaire y bajo capa de amor, se pueden esconder intenciones más o menos egoístas de utilizar a los demás para propia satisfacción o de buscar no el bien ajeno, sino el egoísmo camuflado. Desgraciadamente, la palabra más bella de nuestra lengua,"amor", se ha adulterado y prostituido infinidad de veces, no sólo en el lenguaje, sino en la práctica y en la vida.. Sólo la persona que sabe respetar y buscar el bien ajeno, es el que ha entendido el sentido auténtico del amor.Para los interesados en conocer el auténtico sentido de las palabras del santo obispo, las cito literalmente a continuación: "Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor; si perdonas, perdonarás con amor. Si tienes el amor arraigado en ti, ninguna otra cosa sino amor serán tus frutos."