Domingo de Ramos

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

Cuantos de algún modo estamos en contacto con la realidad pastoral de nuestro pueblo, percibimos ciertos comportamientos , un tanto desviados , que afectan a la gran masa de los cristianos tradicionales.

Uno de ellos, bastante llamativo, es referente al llamado : “Domingo de Ramos “. No sé , si por costumbre o tradición ; por ser el pórtico de la Semana Santa ; por carencia de sólida formación litúrgica de nuestros fieles ; o por el reclamo y difusión de las palmas y ramos, bendecidos en las misas; el hecho es, que este día –como se puede comprobar –las iglesias se ponen abarrotadas a más no poder. Nada que objetar a tal participación de los fieles.. Lo que no es correcto, en modo alguno, ni siquiera coherente, es que, a los ocho días justos, que se celebra el Domingo de Pascua de Resurrección - la fiesta de las fiestas, la fiesta por antonomasia, la fiesta más solemne e importante del calendario- las iglesias no se vean ni mucho menos tan concurridas como el domingo anterior.

Ninguna celebración tendría sentido, si Cristo no hubiese resucitado de entre los muertos,que eso es precisamente la Pascua. Si algún día del año no se debería faltar a la eucaristía, ese debería ser el domingo de Resurrección.

Quede claro, pues, el deseo de la Iglesia: Domingo de Ramos sí ; pero Domingo de Pascua , inexcusable para un cristiano de verdad.