Corona Real

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

La corona que ha portado la reina Isabel II en la ceremonia de apertura del Parlamento británico,-por encima del protocolo y pompa de la monarquía,- parece algo obsoleto y “demodé”.

Hace lustros, el vicario de Cristo en la tierra, S.S el Papa, que portaba la tiara, ( tres coronas ) en las grandes solemnidades, supo prescindir de esta señal de poder y boato, con aprobación generalizada. 

El hecho de que la reina tenga que cargar con la pesada corona, cuajada de 

2.868 diamantes,273 perlas,17 zafiros.11 esmeraldas y 5 rubíes, junto con la capa de armiño y el cetro de diamantes, resulta demasiado de soportar para una persona de 80 años, afectada en su espalda.

Estos signos externos, pese a algún nostálgico, no encajan bien con la sensibilidad del hombre moderno. Es más, gran parte de la ciudadanía se decanta por la exposición de tal signo en la vitrina de un museo o invertir su valor en ayuda a necesitados. Jesucristo, portó una corona de espinas en su pasión y en el trono de la cruz. El era y es el Rey de reyes y Señor del universo