Día de la bestia

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

Se ha dicho y es verdad, que cuando se desplaza al único y verdadero Dios de la vida de los hombres, su lugar lo viene a ocupar el demonio u otros falsos dioses. Tal parece el caso que se da con la cinta “La profecía”, que a bombo y platillo propagandístico, tras el “Código da Vinci,” se estrenará mundialmente este martes. Los avispados productores de Hollywood han aguardado la coincidencia de la fecha 6 del 6 de 2006 para el lanzamiento de la cinta , alusiva al último libro de la Biblia o Apocalipsis. 

En Ap(13,18) aparece escrita una enigmática frase que ha hecho correr ríos de tinta, desde hace siglos. Dice así: ”Aquí es necesaria la sabiduría. El que tenga inteligencia que calcule el número de la bestia, pues es el nombre de un hombre. Su número es 666”. Son muchos los nombres que a lo largo de la Historia se han querido identificar con el de la bestia. Desde Nerón, a Napoleón, Hitler, Stalin a Bill Gates o tal vez , nacerá en este día

La mayoría de los lectores se acercan al libro sagrado con afanes de curiosidad morbosa, de ignorancia de las claves religiosas de interpretación y con deseo de contactar con lo oculto y misterioso.

Lo primero y principal , además de la fe en el hecho de la revelación divina, hay que entender que el Apocalipsis está escrito en época de persecución para consuelo de los cristianos, a quienes se anuncia la victoria, tras la prueba, sobre los poderes del mal.

El profesor de la Facultad de Teología de Navarra, Juan Chapa, resume todo admirablemente diciendo:”La interpretación y lectura literal del Apocalipsis ha inducido a error. En el fondo era un libro destinado a un público que conocía muy bien las Sagradas Escrituras. Hoy se han perdido estas claves y de ahí proceden las supersticiones y todos esos agoreros que profetizan el fin del mundo. La victoria ocurrirá porque Cristo ya ha resucitado y ha vencido a las fuerzas del mal. Lo que anuncia S.Juan es que los cristianos tendrán que afrontar tiempos difíciles, pero no ocurrirá nada, porque la victoria estará en la comunidad cristiana”.