Carlos de Foucauld

Autor: Padre Miguel Rivilla San Martín 

 

 

Dios no hace ruido para actuar en medio de los hombres. En el silencio y en la soledad sigue llevando a cabo su plan de salvación universal, repitiendo la vida oculta que tuvo su hijo en Nazaret.. 

Un hombre francés, nacido en 1858 de noble alcurnia, huérfano de padre y madre, ateo profeso y convencido, universitario, luego convertido a la fe católica, llegó a ser sacerdote y eremita ejemplar, entre los tuaregs
del desierto africano, es hoy propuesto como modelo para los hombres del siglo XXI.. 

Su nombre, Carlos de Foucauld , beatificado por el papa Benedicto XVI el domingo 13 de noviembre de 2005, seguirá hablando con el silencio y la soledad de su vida singular escondida en Cristo a quienes se encuentren 
con él.. "En el mismo momento en el que creí que existía Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa más, que vivir para él "(Carta 14/8/1901).

Su casa, humilde tienda beduina, estuvo abierta a todos. "Dar hospitalidad a todo el que llega, bueno o malo, amigo o enemigo, musulmán o  cristiano"..
Fue para todos, judíos, ateos, cristianos, musulmanes, creyentes o idolatras, el hermano universal.

Murió solo, asesinado el 1 de diciembre de 1901. Su oración más repetida como lema y testamento: "Padre, en tus manos me pongo. Haz de mí lo que quieras. Sea lo que sea, te doy las gracias". Hoy, al que vivió y murió
solo, le siguen miles de Hermanitos y Hermanitas de Jesús del Evangelio, Fraternidades de Jesús, escondidos y abiertos a todos, en los sitios más ocultos del planeta.

Dios, a través de sus Hijo y de sus hijos más pequeños, sigue obrando su plan de salvación universal