Voz del Papa.
Saber jugar a “Las Damas Chinas”Autor: Padre José Martínez Colín
1)
Para saber
El Papa
Benedicto XVI, siendo la voz de
El bien
común, continúa continua el Papa, es el bien de ese «todos nosotros», formado
por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social.
Si deseamos
vivir la justicia y la caridad, hemos de buscar y fomentar el bien común.
Pero como uno solo no puede conseguirlo, por ello los hombres se han de
organizar en instituciones de tipo jurídico, civil, político y cultural,
edificando así a la sociedad.
Se ama al
prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que
responda también a sus necesidades reales. Todo cristiano está llamado a esta
caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la ciudad.
2) Para pensar
Una persona
hacía una curiosa comparación. Decía que la
vida puede ser como el juego de “Las Damas Chinas”. Ese juego se trata de meter
todos las piezas (son diez) en el extremo opuesto en un tablero en forma de
estrella de David. Suele jugarse con canicas, aunque pueden usarse fichas.
Ese juego, si uno reflexiona sobre sus reglas, es como una filosofía de la vida.
Primera Regla: Nunca se puede avanzar dos casilleros de una sola vez, se ha de
avanzar de uno en uno. Lo cual lo podemos traducir en la paciencia y la
constancia que necesitamos para lograr algo.
Segunda Regla: También se puede avanzar saltando a otras piezas. En la vida
también hemos de avanzar ayudándonos unos a otros. Todas se ayudan entre sí
viviendo la solidaridad.
Tercera Regla: Las fichas contrarias no se “comen”, sino sirven también para
avanzar. En la vida los contrarios no se eliminan, sino pueden servir también
para avanzar.
Cuarta Regla: Se gana sólo cuando se logra meter todas las piezas en el extremo
opuesto, sin que falta una. Sucede que así tendría que ser en la vida, solo se
gana cuando todos conseguimos nuestro bien sin olvidarnos de ninguno.
Al terminar, si uno aprendió de sus errores, jugará el próximo juego con mayor
atención y posibilidades de éxito. Como en la vida, hay varios ciclos y cada uno
hay que saberlo vivir y, a la vez, como en el juego, pasarla lo mejor posible.
3) Para vivir
La acción del
hombre sobre la tierra, cuando está inspirada y sustentada por la caridad,
contribuye a la edificación de esa ciudad de Dios universal hacia la cual
avanza la historia de la familia humana.
El Papa nos
recuerda que en una sociedad en vías de globalización, el bien común y el
esfuerzo por él, han de abarcar necesariamente a toda la familia humana, dando
así forma de unidad y de paz a la ciudad del hombre, y haciéndola en
cierta medida una anticipación que prefigura la
ciudad de Dios sin barreras.