La Consagración al Espíritu Santo.

Contamos con el gran Maestro
Autor: Padre José Martínez Colín
 

 

1) Para saber 

El tiempo pascual se cierra con la fiesta de Pentecostés. Y en esta ocasión tiene una especial connotación en México, pues se hará la consagración de todas las diócesis del país al Espíritu Santo, así como cada familia, cada parroquia y la vida Consagrada. 

Como escribió el Señor Obispo de Culiacán, Mons. Benjamín Jiménez Hernández, consagrarnos al Espíritu Santo es “tomar conciencia de que Dios nos ha elegido para Él, para su servicio, para dar frutos de santidad. Es proclamar a Jesucristo como el dueño y Señor de la historia. Es comprometernos en la tarea de hacer de México, de nuestro Estado, de nuestra Diócesis, un templo donde vivan y reinen el amor, la paz y la concordia”. 

Esos frutos de santidad que Dios espera de nosotros podremos darlos si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, si dejamos que sea nuestro Maestro. Una anécdota nos ilustra esta idea. 

2) Para pensar 

Una madre, queriendo dar ánimo a su hijo pequeño para que progresara en el piano, lo llevó al concierto del pianista famoso polaco, Ignacy Paderewski. Después de sentarse, la madre vio a una amiga y fue a saludarla. El pequeño se cansó de esperar y comenzó a recorrer el lugar hasta que llegó a una puerta donde estaba escrito "PROHIBIDA LA ENTRADA" y la pasó.

Cuando las luces se apagaron y el concierto estaba a punto de empezar, la madre regresó a su lugar y descubrió que su hijo no estaba allí. En eso, las cortinas del estrado se abrieron y las luces cayeron sobre un impresionante piano Steinway en el centro del escenario. La madre horrorizada vio a su hijo, sentado al teclado inocentemente, tocando las notas infantiles de... "Mambrú se fue a la guerra".

En aquel momento, el gran maestro de piano hizo su entrada, rápidamente fue al piano y susurró al oído del niño, "No pares, continúa tocando".

Entonces, Paderewski extendió su mano izquierda y empezó a llenar la parte del bajo. Luego, puso su mano derecha alrededor del niño y agregó un bello arreglo de melodía. Juntos, el viejo maestro y el joven aprendiz transformaron una situación embarazosa en una situación maravillosamente creativa.

El público, muy emocionado, ovacionó con estruendo el gesto del artista con el niño. 

3) Para vivir 

Así son las cosas cuando uno está con Dios. Por cuenta propia hacemos lo mejor posible, pero los resultados no siempre salen bien. Pero, con las manos del Maestro, del Espíritu Santo, las obras de nuestras manos adquieren un valor divino, son perfeccionadas y son gratas a Dios.

Cuando hagamos cualquier actividad podemos escuchar la voz del Espíritu Santo, susurrándonos: "No pares, continúa tocando". Si lo consentimos, sus fuertes manos estarán tocando el concierto de nuestra vida.

Dice el Papa Benedicto XVI que el misterio de Pentecostés consiste en que el Espíritu Santo ilumina nuestros corazones y, al mostrarnos a Cristo crucificado y resucitado, nos indica el camino para llegar a ser más semejantes a él, instrumentos de su amor.

Unámonos a la Consagración que se hará y, así como los discípulos estaban reunidos con María esperando la llegada del Espíritu Santo, unidos a La Virgen invoquémoslo a diario: “¡Ven, Espíritu Santo! Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor".