¿Somos cometa o estrella?

La vida de San Gregorio Magno deja huella

Autor: Padre José Martínez Colín

 

 

1) Para saber 

Recientemente el Papa Benedicto XVI hacía una reflexión sobre quien fue “uno de los mayores Padres en la historia de la Iglesia, uno de los cuatro doctores de Occidente, el Papa san Gregorio”. Fue Papa entre el año 590 y el 604, y mereció el título de Magno, es decir, Grande.

San Gregorio se distinguió por su gran corazón y su espíritu emprendedor. Nació en Roma, en torno al 540, de una familia que contaba en su historia con dos papas. Los padres de San Gregorio son venerados como santos. Antes de ordenarse sacerdote se dedicó a la administración en donde adquirió orden y disciplina, cualidades que luego le servirían mucho en el pontificado.

Una vez elegido Papa se distinguió por una gran acción espiritual, social y pastoral. Por ejemplo, con las pocas rentas que poseía la Santa Sede, “compró y distribuyó trigo, socorrió a quien se encontraba en necesidad, ayudó a sacerdotes, monjes y monjas que vivían en la indigencia, pagó rescates de ciudadanos que habían caído prisioneros de los Longobardos”. Además, exigía que los colonos fueran protegidos de los abusos de los concesionarios de las tierras de propiedad de la Iglesia y, en caso de fraude, que fueran resarcidos con prontitud, para que no se contaminara con beneficios deshonestos el rostro de la Esposa de Cristo. 

San Gregorio llevó a cabo esta intensa actividad a pesar de su incierta salud, que le obligaba con frecuencia a guardar cama durante largos días. Además su voz era muy débil, de forma que a menudo tenía que confiar al diácono la lectura de sus homilías para que los fieles de las basílicas romanas pudieran oírle. 

2) Para pensar 

La vida tan fructífera y duradera de San Gregorio, es semejante a las llamadas “personas Estrella”, a diferencia de las “personas Cometa”.

Así como los Cometas pasan, y apenas son recordados por las fechas en que aparecen. Las Estrellas, en cambio, permanecen.

Hay mucha gente Cometa que pasa por nuestra vida apenas por instantes, pero no enriquece a nadie. Es gente sin amigos, que pasa por la vida sin iluminar, sin calentar. Con la misma rapidez que aparecen, así desaparecen. Así son muchos que parece que sobresalen, pero están apartados; son personas que viven en una misma familia, pero están metidas en sí, y les molesta lo de los demás. Ser Cometa no es ser amigo, sino solo compañero por instantes, pues explotan los sentimientos y se aprovechan de las personas y de las situaciones. La soledad es el resultado de una vida Cometa.

Por eso lo importante es ser Estrella, hacer sentir nuestra presencia, ser luz, dar calor y vida. Los verdaderos amigos son Estrella, en que aunque los años pasen o surjan distancias, dejan en los corazones sus marcas.

Pensemos qué tipo de personas somos, ¿Estrella o Cometa? 

3) Para vivir 

El Papa nos invita a tomar ejemplo de este gran santo que dejó huella en el mundo. Es necesario crear un mundo de personas Estrella, contar con ellas siempre, ver su luz y sentir su calor.

Seamos, pues, amigos con los que se pueda contar, porque se es luz en los momentos oscuros y seguridad en los pasajes de desánimo: “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz” (Lucas 8, 16).