Semana Santa

Autora: Josefina F. Jiménez Laguna

 

 

Reflexionemos Sobre nuestra semana  grande, no nos limitemos en vivirla viéndola desde la terraza.

El Jueves Santo es hermoso, pero busquemos la profundidad de las enseñanzas de Jesús, en el cuarto día de la  semana.

Nos ha enseñado a conocer al Padre, a reconocerlo en las pequeñas cosas y en lo mas importante en los hermanos, en todo el genero humano, el pobre, el lisiado, el ignorante, el rico, el imprudente, el necio......Se ha valido de los ambientes  mas nos repugnantes, para demostrarnos que Dios no esta en los palacios, ni en el poder, ni el dinero, esta en lo escondido , en lo perdido, en lo despreciado,¿no serán nuestros miedos y temores?,¿no será en aquello que no queremos reconocer de nosotros mismos?, ¿ en nuestro yo interior?..

El ha renunciado a los placeres de la carne y del poder, ha sido escuchado por los humildes y despreciado por los poderosos, los altaneros, aquellos que creen ser algo mas que los demás. Jesús es la controversia entre lo que debemos hacer y nuestras mas intimas anheladas ambiciones, es una lucha constante entre el bien y el mal.

El solo busca nuestra felicidad, pero eso al hombre parece no importarle cuando sus deseos mundanos  son criticados y condenados, por eso es condenado a muerte, no queremos ver la verdad, ni oírla, nuestros bajos instintos son tan poderosos como para condenar a un Dios a la muerte,

Jesús en su intenso amor y viendo como valor supremo el bien mas preciado de todo mortal, ofrece  su vida al Padre por nosotros, para que  conozcamos la verdad y nos apartemos del pecado.

Se deja humillar, martirizar y crucificar, demostrando la importancia  del hombre para Dios, su generosa entrega es a sabiendas de ser rechazado por muchos, pero a favor de los pocos que la aceptan es una victoria conseguida.

No  nos deja solos, El se queda como alimento conociendo la necesidad del hombre de su ayuda constante, nos promete el auxilio del Espíritu Santo, espíritu de verdad y vida, todo por el hombre sin el hombre.

En esos sagrarios del Jueves Santo, tan visitados,¡que solo esta!. solo vemos en ellos lo externo, las flores , las luces....,¿ y la verdadera luz que hay en su interior?, a veces podemos vislumbrar un reflejo pero no el resplandor.

El Viernes Santo muere en la cruz, nos da su vida a cambio de la nuestra, entrega espléndida y valiente, digna de un Dios, el hombre no es capaz de entregar ni una hora de su vida, es pobre de naturaleza, tendrá con el sufrimiento que aprender a amar a su Señor, y aun así no llegara a amarlo en toda su inmensidad.

Muerte, cruz, desprecio, humillación y olvido, pero es una victoria para el hombre, se abren  con ello las puertas a una  vida eterna, a un perdón infinito, al amor más puro conseguido tras germinar la semilla en palabra y en hechos.

El viernes santo no es dolor, es sufrimiento y pena  de nosotros mismos por nuestros pecados, debe ser un camino hacia la conversión y el arrepentimiento.

                      ¡PORQUE TÚ HAS MUERTO SEÑOR , YO TENGO VIDA!

El Sábado Santo es el resultado lógico a una prueba de amor, es la resurrección de Cristo, su inmenso sacrificio es glorificado y nos demuestra con ello la felicidad eterna del hombre cuando se entrega a un Dios de corazón. Es la repuesta a todas las preguntas.Un Dios muere por los hombres y resucita para el hombre, para poder elevarlo al cielo con El.

No es un final a la vida de Jesús, sino un principio para la historia de la humanidad, es una ventana abierta al aire  fresco de la amistad entre su Salvador y el genero humano.

No pase un año mas la semana  de pasión por nuestro lado sin dejarnos huella profunda en nuestro corazón para reconocer la extrema debilidad del hombre y su necesidad imperiosa de su  Creador.