¿Quien eres tu en mi vida?

Autora: Josefina F. Jiménez Laguna

 

 

Vivimos el día a día, buscando salir adelante con los problemas cotidianos, intentamos solucionarlos  y nos preocupamos de ellos con tesón  y ahínco.

¡ Cuanto mas debemos hacer por preguntarnos en que fase esta nuestra vida!, ¿qué significa el ser cristianos,  ¿qué significa Jesús para nosotros?.

A veces el bosque no nos deja ver los árboles, abandonamos lo mas importante por lo que debemos luchar,!la salud del alma!, todo lo demás nos vendrá por añadidura.

Y es que no leemos el evangelio en profundidad, y cuando lo hacemos no nos lo aplicamos a si mismos.

En Lucas  5-1 nos dice “ LA GENTE SE AGOLPABA EN TORNO A JESÚS PARA OIR LA PALABRA DE DIOS” , hoy vamos a misa y esperamos con inquietud se termine la homilía,  en las lecturas estamos distraídos, no procuramos leer y meditar el evangelio, no vamos a charlas de formación......

Estamos mas que nunca sedientos de la palabra , pero no la buscamos, nuestra fe se reduce a ritos vacíos.

En Marcos 6-53, leemos que se agolpaban los enfermos alrededor de Jesús para ser sanados, y al “ menos tocar la orla de su manto”, con ello eran sanados,!que grande era la fe de sus seguidores!, ¡ que pequeña la mía Señor!, tenemos la Eucaristía y apenas nos acercamos a ella para sanarnos, por eso continuamos con el alma enferma.

Nos preocupamos de dar buena cara de aparentar ser cristianos, pero como los fariseos somos sepulcros blanqueados, ya lo profetizo Isaías! “Hipócritas! este pueblo me honra con los labios, pero su corazón esta lejos de mí, el culto que me dan esta vacío , porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos.”Ya Marcos en 7-3 nos dice” anuláis el mandamiento de Dios por mantener  vuestra tradición, decís” hay que honrar al padre y a la madre” y sin embargo los bienes con que podéis ayudarlos los ofrecéis al templo o los dilapidáis para vuestro beneficio, y como eso en muchas otras cosas

Dura es la acusación de Isaías y de Jesús posteriormente, nuestra vida corresponde a una fe amoldada a nosotros, nuestra oración es hueca y nos comportamos como quien no Le conoce.

¿ Hemos perdido nuestra fe? En el evangelio de Marcos 7-( 24- 30) , se nos narra como una fenicia de Siria le pide al Señor la curación de su hija y  a la repuesta de Jesús de     “no esta bien echarle a los perros la comida de los hijos” Ella sigue insistiendo  diciendo “también los perros debajo de la mesa comen la migajas que tiran sus amos” ¡ que gran fe!.

En ocasiones no pone a prueba, pero nos das a cambio un gran amor, contra nuestra falta de paciencia y de confianza, es que necesitamos de nuevo oír las palabras de nuestro bautismo “effetá”, es decir “ábrete”.

Abre señor mis  oídos a tu palabra que salva y que mi boca pronuncie  una proclamación de tu grandeza  y tu misericordia.

Somos corderos en medio de lobos , pero enséñanos a seguir al pastor para predicar  en el mundo entero, para extender la buena nueva por todos los lugares del mundo.

Pon paz en tu casa, en la iglesia, que hoy andamos como ovejas sin pastor ya que tu reino esta cerca, danos fuerza para vivir según tus bienaventuranzas, para amar sin medida, no a nuestra forma sino a la tuya, andar por tus caminos, no por los nuestros, porque tú si que tienes palabras de vida eterna.

Continuamente queremos creer  con signos, con pruebas, ver palpable lo impalpable, ver real lo que no tiene dimensión.

No nos basta ver tu Cruz, la cual si que es sigo de escándalo para unos y necedad para otros, pero que a nosotros nos debe servir de fuerza, verdad y vida.

En nuestras vida todos los días se ven prodigios, vivo siento y respiro realidades eternas, todo lo bueno me viene de ti, lo malo es mi interior, mi yo secreto y oculto, esto es algo que no sé comprender, la magnimidad tuya con respecto a todas mis infidelidades.

Como a los ciegos de Nazaret y de tantos otros lugares, pon tus manos en mis ojos para que vea, cura mi ceguera, no física, sino espiritual para que en vez de aferrarme a esta vida terrenal que tanto me preocupa, cuide y busque la vida eterna que tan olvidada tengo.

Por eso señor hoy me preguntas  lo que significas tú en mi vida, y soy como Pedro, mundano y olvidadizo que huyo dela Cruz de cada día , aún no entiendo que mi vida eres tú y  a ti debo dedicarla, en el amor a los hermanos en perderme en la selva de la ingratitud y el dolor, en ser bálsamo para otros, en sufrir contigo  el dolor humano, en ser tus manos, tus ojos tus pies para llevar en tu nombre consuelo y esperanza.

Es fácil estar a tu lado cuando todo va bien, pero tu me pides que cargue con mi cruz y te siga, que te siga en los momentos de gozo y de dolor, de fuera y de flaqueza, que sea siempre tuya.

Pero esto es imposible hacerlo cuando lo pretendo realizar con mis propias fuerzas, y es que vuelvo a olvidar que solo con la gracia y con tu ayuda puedo lograrlo, mi fe es muy pequeña, por eso cada día te pido”aumenta mi fe”, soy como un niño , pongo toda mi confianza en el Señor, con la alegría de verse consolado por ti,

Por eso cuando cada año llega la cuaresma no es tiempo de tristeza, es de renovación, de conversión, de renuncia, como se dice en el bautismo a las fuerzas del maligno , al pecado y sus seducciones, es mediante la donación voluntaria de negarme a la ambición,  al poder, a las riquezas, a los placeres vanos de esta vida, para morir al hombre viejo y nacer purificado con el dolor de la cruz que me llevará a la resurrección del hombre en la vida futura.

Me animo al oírte decir que has venido a buscar a los pecadores, sino ¿como podrías quererme?.Soy pecador, porque el hombre es pecador, pero tengo la victoria de mi flaqueza en la victoria de la cruz.

Cuando rezo la oración que nos enseñaste, la medito y siento, quiero que a través de mi pobre persona tu nombre sea glorificado, venga tu reino y se haga tu voluntad en mi vida, no me falte el sustento diario y sobretodo me ayude El Padre eterno a perdonar y no caer en tentación, seguir como siempre tu ejemplo en el desierto y decir “no “ a Satanás, que no sea yo quien viva en mí sino tú, siendo un baluarte la caridad y la reconciliación, dame valor para reconocer mi pequeñez, humildad para ver mis defectos y saber pedir perdón a quienes les infiera un daño o tengan algo contra mí.

Sí, tú en mi vida eres el sol, el camino y la vida, la verdad y el amor, eres mi meta, mi maestro , mi alegría ¡eres mi hermano!.