La vida de María

Autora: Josefina F. Jiménez Laguna

 

 

A veces me gusta reflexionar en la vida de la virgen y me  pregunto   ¿cómo seria el silencio, respeto y prudencia de María en el trato con los vecinos?, ¿cómo callaría ante los chismes excusando las intenciones, cubriendo con el manto de la comprensión las fragilidades ajenas?.

Me imagino que iría creando imperceptiblemente un clima de armonía en el vecindario, en la parentela en el trabajo, trataría de resolver los conflictos, solucionar las necesidades de los vecinos....

Pienso cómo sería el comportamiento mutuo entre María y aquel varón justo, José.!   a José un modelo de esposo, padre y trabajador. ¡Que envidia al  imaginar el misterio de aquella relación mutua de respeto, cortesía, veneración y afecto entre María y José!.

¡Y la relación materno filial entre la madre y el hijo! ¡Con qué profundidad de  ternura debió asomarse al abismo indescifrable de aquel Hijo de Dios que no dejaba de ser fruto de sus entrañas!.

El Hijo, cómo debió observar y admirar, en su Madre, aquel mantenerse segura de sí misma, serena y elegante entre golpes y contrariedades de la vida que nunca faltan.

 ¡Que feliz hogar aquel hogar de Nazaret un modelo de pobreza, paz y amor!. Cómo la    Madre, José (el justo varón) y el Hijo, cada uno con abnegación, delicadeza y amor, consiguieron construir el ideal eterno de un hogar feliz!.