Trato injusto al Papa
Autor: Josefa Romo Garlito  

 

Lleva razón el abogado y periodista Javier Pereda Pereda cuando escribe: “¿Qué tiene que ver personalmente el Papa con la conducta nada ejemplar de algunos desviados dentro de la Iglesia? ¿Acaso no ha condenado el Papa, inmediatamente, los abusos y ha tomado importantes medidas disciplinarias para corregir estas graves aberraciones, poniéndolas, incluso, en manos de la justicia? Por esta misma regla de tres, de tomar el todo por la parte, ¿qué podríamos decir de los casos de corrupción en colectivos como políticos, jueces, periodistas, empresarios? ¿Los inhabilitamos a todos, por el mal que han cometido unos pocos? La responsabilidad ha de ser personal y esta acusación, jurídicamente, es insostenible”.

Cuando en la catedral de Dublín el Obispo leyó la carta del Papa a los católicos de Irlanda, un grupo de unas veinte personas se salieron en protesta, como prueba de insuficiente condena de los hechos. ¿Sabían ustedes que esas personas se habían puesto de acuerdo en Facebook antes de conocerse el contenido de la carta, para salirse dijera lo que dijese? No me cabe duda: hay una campaña contra el Papa por ser un referente ético de primer orden, que condena el relativismo moral, el aborto, la eutanasia; pero ello hace que los católicos le apreciemos todavía más.