Amar en tiempos de crisis
Autor: Josefa Romo Garlito 

 

 

Sobrecogedor: en España, más de cuatro millones de parados. Lo peor: sobrepasan el millón, las familias en las que ni uno solo tiene trabajo. ¿Podemos permanecer en la indiferencia? Como personas de bien, no. Como cristianos, imposible. ¡Qué bien lo expresa el actual Administrador Diocesano de Valladolid, don Félix López Zarzuelo! “Nosotros no podemos olvidar nunca, pero sobre todo hoy, lo que Cristo nos ha dicho en san Mateo: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis». El cristiano se distingue por su adhesión a Cristo y a su palabra, haciéndola vida. Siempre habrá pobres; pero en tiempo de crisis tan aguda, esto se sale de madre y hay que arrimar todos el hombro. ¿Qué hay que hacer? Rezar, amar y dar. Rezar, porque “la oración es la más eficaz colaboración” (San Juan Bosco). Amar, porque sin amor no hay constancia ni mérito y sin amor es fácil humillar al pobre. “Dar hasta que duela”, en palabras de la Madre Teresa de Calcuta. El amor nunca dice basta, pues no tiene medida. No lo olvidemos: al pobre no hemos de darle sólo por caridad, sino también por un sentido de justicia: Dios da sus bienes (inteligencia, salud, terrenos, etc.) en administración, para que aprovechen a todos, y al final nos pedirá cuenta como en la parábola de los talentos. ¿Para temblar? Sí, y para amar más y llenarnos, que el egoísmo queda el interior vacío.