Día Universal de la Infancia
Autor: Josefa Romo Garlito 

El 20 de noviembre se cumplen 20 años de la firma de la Convención sobre los Derechos del Niño. Todos deberíamos conocer esos derechos y saber que “se entiende por niño a todo ser humano menor de dieciocho años de edad” (art. I); luego, también el niño nonato. Se reconoce que “todo niño tiene derecho intrínseco a la vida” (art- 6), y a no ser sometidos a “torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes” (art- 37). Al niño abortado, ¿se le han reconocido esos derechos?

Los derechos del niño no son un regalo del legislador, sino que le son connaturales. Cuando los derechos naturales no se reconocen, el hombre corre el riesgo de su alienación, de quedar a disposición de lo que los legisladores arbitren mediante leyes positivas que pueden ser contrarias al derecho natural. ¿ No es lo que pasó en Alemania y Rusia a mediados del siglo XX bajo dictaduras totalitarias y sanguinarias? ¿ No es, también, lo que ocurre ahora, con las legislaciones de aborto? Los derechos del niño son innatos e inalienables. Ante la tosquedad y terquedad de gobiernos y legisladores; ante los crecientes intereses de aprovechamiento comercial del feto o “nasciturus”, creo que se debe incluir de de modo explícito en la Convención de los Derechos del Niño, las palabras “ desde su concepción”, para que todos consideren su derecho a vivir y a ser tratado en cualquier fase de su vida como su dignidad humana requiere. El aborto es un atropello a los derechos del niño.