¿Intromisión de la Iglesia en política?
Autor: Josefa Romo Garlito 

¿Es una intromisión de los obispos que hablen del aborto? Mire usted, el aborto es un tema de humanidad, y todo relacionado con lo humano, es competencia de la Iglesia, que tiene el sagrado deber de orientar a sus fieles. Lo moral es la más alta expresión de lo humano, y la mayor degradación humana, dejar sin defensa la vida, pasando de ella o incluso favoreciendo el crimen, lo que todavía es peor. También es inhumano dejar al socaire de circunstancias adversas, la maternidad, no concediendo ayudas a la mujer embarazada con problemas. El aborto provocado es siempre el asesinato del más inocente, y legislar a su favor, una incoherencia con la noble vocación política, que tiene como objeto principal la defensa de los más débiles. Muchos católicos echábamos en falta que la Iglesia española, a diferencia de la americana, no hubiese puesto todavía sobre el tapete, que a los políticos pro-aborto no se les debe dar la Comunión. Nos dábamos cuenta, también, de que la creencia en la licitud moral del aborto representa una herejía moral, y sabíamos que las herejías colocan al sujeto fuera de la Iglesia.

Católicos y no católicos contrarios al aborto

No nos extrañamos de las recientes palabras de Monseñor Martínez Camino como Secretario de la Conferencia Episcopal Española, fiel al Magisterio de la Iglesia. ¿Son muchos los que, en España, se han colocado fuera de la Iglesia por creer que el aborto es moralmente lícito ? Pues, mire usted, la mayor parte de los bautizados - por tanto, de los españoles, y no sólo los bautizados-, ni piensan ni dicen eso. ¿Que me equivoco? Si no les basta la Gran Manifestación del 17 O en Madrid, que recurran a un referendum, que mostraría la realidad de que con el aborto no comulga la mayoría. ¡Claro que al gobierno no le interesa un referendum, no sea que se vea el insuficiente apoyo de ZP para su proyecto abortista! El aborto es un negocio; pero inmoral y antidemocrático, pues va contra la demografía, contra la opinión de la mayoría y contra la vida. Esperemos que los políticos contrarios al aborto (son muchos) no contradigan, por omisión, su deber de defender la vida humana, tan digna dentro del útero materno como fuera, y que lo hagan lo mismo en el gobierno que en la oposición. Esperemos que no se reprima el derecho de los políticos a la objeción de conciencia.