El Rosario, nueva primavera

Autor: Josefa Romo Garlito 

Me llama la atención el rosario al cuello de jóvenes y de mayores. Se ven mucho en los coches y hay gente que lo lleva en el bolsillo para rezarlo en sus caminatas, en su idas y venidas, y aprovechar, así, el tiempo. Hace nada, cogí un taxi y me fijé en el rosario blanco que pendía colgado del espejo. No, el Rosario no ha pasado de moda y, como ha expresado el Papa Benedicto XVI, "está experimentando una nueva primavera". La Hermana Lucía de Fátima dijo al Padre Agustín Fuentes: «No hay problema, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario…Y luego, la devoción al Corazón Inmaculado de María Santísima como puerta segura para entrar al cielo". Los pecados de hoy son incomparablemente peores que los de ayer: pensemos el terrorismo organizado, en la destrucción de tantos jóvenes por la droga, en tantos pecados contra natura, en el aborto, en tantas mujeres asesinadas, en las escandalosas desigualdades… ¿Por qué no se agota la paciencia de Dios? ¿ Será porque son muchos los que pasan las cuentas del Rosario? A mí no me cabe duda: Dios prometió a Lot, sobrino de Abrahán, que salvaría a Sodoma si encontraba a diez justos. Hoy hay muchos pecadores, pero también muchos que anteponen la voluntad de Dios a sus caprichos, la justicia a sus propios intereses, la caridad al egoísmo; en fin, el bien al mal.