Acto cultural sobre Eutanasia

Autor: Josefa Romo Garlito 

Con el título "Manipulaciones con la vida y con la muerte" y el subtítulo " La aceptación social del aborto, ¿signo de civilización?", la Asociación Cultura de la Vida celebró una Mesa Redonda en el salón de actos de la Obra Social de Caja España, en Plaza España, con la asistencia de casi doscientas personas ( se superaron las expectativas).¿Qué exige dicha asocaición cultural ? La creación de unidades de cuidados paliativos en todos los hospitales del país. 

Se habló  de la raíz de la eutanasia en la "ideología del nazismo" y de las prácticas del programa T4 en la Alemania de Hitler. Se recordó, también, la continuidad de esas prácticas en Holanda, por lo que allí hay mayores que   emigran a  países vecinos para evitar la posibilidad de morir bajo los efectos de una inyección letal". El Dr. Juan Beltrán, Profesor titular de Cirugía de la Universidad de Valladolid  y Vocal de la Comisión de Ética y Deontología, hizo referencia a que en "sus 30 años de ejercicio de la medicina", sólo ha encontrando un caso que le pidiera la eutanasia, "un enfermo mental", y  dijo que "en Holanda el 30% de las muertes por eutanasia son involuntarias". El profesor puso de relieve la necesidad de "confianza entre el enfermo y el médico, originándose, en caso de legalización de la eutanasia,   una relación imposible".  Aseveró que la eutanasia también genera "conflicto entre los colegas", pues "la medicina es multidisciplinar" y quien ha practicado anteriormente la eutanasia "va a justificar el caso anterior que hizo, sin que todos estén de acuerdo en no buscar soluciones". El abogado Sanjuán hizo alusión al "derecho positivo,  que encuentra eco en la Declaración Universal de los Derechos Humanos". Destacó que "la vida es un bien innegociable, insustituible" y "si se legaliza la eutanasia se estaría introduciendo la legalización de la pena de muerte en el ámbito de la medicina". Hizo referencia a "lo irracional de la pretensión de los gobernantes que inducen las leyes contra la vida, "de cargar la responsabilidad en la familia y en el médico y no en el Estado", ello por miedo "al juicio de la Historia, quien los señalaría con su propio nombre como responsables de tantas muertes". En la decisión- manifestó Sanjuán- , "los familiares son los menos indicados porque hay  incompatibilidad de intereses". El filósofo, Dr. Alonso, hizo notar la "manipulación - querida o no - de las palabras, cuyo resultado es presentar ante la opinión pública la realidad de la eutanasia como algo más inocuo de lo que es (se dice "muerte dulce", "muerte digna"), y propiciar así su aceptación social; como si no existiera, o fuera secundario, el hecho central de que en la eutanasia un ser humano da muerte a otro, consciente y deliberadamente, por muy presuntamente nobles o altruistas que aparezcan las motivaciones (…)". Distinguió, Alonso, entre eutanasia  y distanasia, abogando por los "cuidados paliativos" "En cualquier caso- apuntó Alonso-, la obstinación terapéutica es gravemente inmoral (…) y el rechazo de los medios excepcionales o desproporcionados no equivale al suicidio o a la omisión irresponsable de la ayuda debida a otro, sino que significa sencillamente la aceptación de la condición humana, una de cuyas características es la muerte inevitable",  abogando por los cuidados paliativos. Afirmó que "el dolor y la muerte no son criterios aptos para medir la dignidad humana, pues ésta la tienen todos los seres humanos por el hecho de serlo (…). Una muerte digna –dijo- no consiste sólo en la ausencia de tribulaciones externas, sino que nace de la grandeza de ánimo de quien se enfrenta a ella". A la exposición siguió un coloquio muy participado.