Feminismo antidemográfico

Autor: Josefa Romo Garlito 

¿No es tonto que algunos  hombres se autodenominen "feministas"? Pero va de mujeres.  Gracias a Dios, hay mujeres con cabeza bien puesta y el corazón en su sitio. Del mundo de las comunicaciones, quiero citar a Barbara Kay, conocida comentarista del National Post, uno de los principales diarios de Canadá.  En una conferencia en la McGill University  trató de la acuciante necesidad de superar el viejo feminismo que lleva a la confrontación de la mujer con los varones. 

Kay habla en sus artículos de "las dramáticas consecuencias demográficas del feminismo". "Las feministas promovieron la igualdad con los hombres en materia de carrera profesional y fomentaron la experimentación sexual, en vez de alentar a comprometerse joven y ser fiel; la consecuencia de todo eso: las mujeres tienen menos hijos y más tarde, y muchas no tienen ninguno".

Ese viejo feminismo está a favor de intereses espurios, no de las mujeres, en general, que desean ser madres pero se dan cuenta cuando es tarde. Como señala Kay, "ni las clases de Estudios sobre la Mujer ni las comentaristas feministas les avisaron que la fertilidad alcanza su máximo en torno a los 25 años, ni que los embarazos a edad tardía entrañan más riesgo, ni que los abortos provocados aumentan la probabilidad de partos prematuros en embarazos posteriores".

Le preocupa la vida y se da cuenta de lo maléfico del aborto,  a esta mujer moderna y profesional puntera: "En los últimos diez años, la tasa de abortos en Quebec casi se ha multiplicado por dos: el 16% de los embarazos en 1998, el 30% hoy. No hace falta ser un cristiano fervoroso para considerar preocupante ese dato". ¿Alguien que no sea demagogo podría decir lo contrario? ¿Cuándo los políticos españoles darán un paso al frente para defender la vida, en lugar de promover la cultura de la muerte unos y de meter la cabeza bajo las alas otro?

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