"Comunión en la mano"

Autor: Josefa Romo Garlito 

Me llamó la atención en una parroquia de Valladolid, el uso de la patena en la Comunión. Aparte de higiénico (a veces se cae la sagrada forma al suelo), lo veo como un indicador de fe: en cualquier brizna que se caiga está Jesucristo entero. Por esta coincidencia, y porque no es cosa banal para los cristianos enamorados de la Eucaristía, quiero felicitar a El Note de Castilla por la publicación de la carta titulada "Comunión en la mano" (María Dolores Bravo. 9-2-08). Estoy de acuerdo con la señora Bravo en que "la comunión es algo tan sagrado que, banalizado como todo en esta vida, queda reducido a un símbolo externo que desacraliza su contenido. Recibir al Cristo real debería llenarnos de temor reverencial ante semejante muestra de anonadamiento por parte de Dios". Muy curiosa la información: "la Congregación Vaticana para el Culto Divino propone revisar la comunión en la mano, práctica nunca aprobada por el Concilio y que fue implantada precipitada y abusivamente en algunos lugares y sólo después aceptada por el Vaticano". Me parece estupendo su consejo de recibir la comunión "de rodillas y en la boca", y el uso de la patena; pero eso creo que no depende de los fieles laicos. Vamos perdiendo las formas en el trato humano, y, también, en trato con lo divino. Luego hablamos de secularización.