Valentía del cardenal Rouco

Autor: Josefa Romo Garlito

 

 

Mire usted, los fieles católicos con un mínimo de formación, rechazan que se les dé gato por liebre, como parece ser se viene haciendo en la parroquia madrileña de San Carlos Borromeo. Nos disgusta, a muchos, que haya curas que se aparten de la fidelidad a la Iglesia y a su Magisterio, que se inventen la liturgia al margen de la autoridad eclesiástica. El Arzobispado de Madrid se merece nuestra admiración por la valiente supresión de una parroquia cuyos sacerdotes campan por sus respetos. Su paciencia ha sido evidente; quizá demasiada. Desde estas líneas, si usted me lo permite, quiero agradecer a Monsenyor Rouco que no se haya olvidado de los pobres de esa zona de Vallecas. Los pobres han sido, son y serán la opción preferencial de la Iglesia; pero ' lo cortés no quita lo valiente'. Estupenda su decisión de abrir en ese lugar un centro de Cáritas.