La Eucaristía

Autor: Padre José Alcázar Godoy

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En un tiempo muy remoto, Dios envió a su Hijo al mundo para que con su Palabra alimentara a los hombres, y lo depositó en las manos del hombre.

El hombre sembró la Palabra, y cayó en la tierra. Entonces los pájaros hambrientos acudieron a comer, porque el grano era tierno y gustoso al paladar. Perros, gatos, ardillas, ratones, búhos y otros muchos animales acudieron al campo donde había caído la  Palabra, hecha grano de Dios. También las hormigas llenaron sus despensas, y aquella primavera no floreció absolutamente nada en la campiña de los hombres.

Al cabo de algún tiempo, Dios, enfadado, interrogó al hombre:
- ¿Dónde está mi Hijo, el enviado hecho Carne y Palabra, dónde está?
El hombre replicó:
- Señor, yo he sembrado tu Palabra como me dijiste; pero el Hijo ha muerto en algún lugar del campo, y alguien lo ha sustraído.
Durante la primavera siguiente, los pájaros alumbraron numerosos polluelos, los animales proliferaron, dando alimento a los hombres, y las semillas de las hormigas cuajaron en gruesas espigas.

El Hijo había muerto vivificando la creación, y muchos comieron gracias a su oblación. Entonces Dios vio cumplido su deseo y el hombre jamás sintió hambre.