El amor del sacerdote

Autor: Padre José Alcázar Godoy

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Había una vez un sacerdote dotado de una extraña sensibilidad. Amaba a Dios con todas sus fuerzas, y, desde Dios, a todo lo demás. Pero en una de las mujeres que lo seguían prendió el amor.

Un día, cuando el sacerdote estaba descansando tras una fatigosa tarea, se acercó para consolarlo, secó su rostro y besó las manos del ungido.

Era la primera vez que el sacerdote sentía el beso de una mujer, y se creyó comprendido. Entonces su corazón se enamoró.

Desde aquel día, el sacerdote notaba una tensión, entre el amor a Dios que lo elevaba cerca de lo divino, y el de la mujer, que le descubría la belleza de lo creado.

Un día, la mujer le dijo: “¿No podríamos continuar nuestras vidas unidas en el destino?”

Él respondió: “Sí, sacrificaré mis hijos y depositaré mi vida en tu camino”. Y tras abandonarlo de todo, marchó a la casa de la mujer.

Entonces, ella le dijo: “Esperemos un poco más, ahora que has perdido el aura de lo divino no sé si mi amor te buscaba a ti o era solo un capricho”.