Oración al Santísimo Sacramento

Te pido perdón, Señor, por mis pecados.

Autor: Isabel Conde Ramirez 

     

 

Llega la noche y me acerco a ti, Señor.

No estoy de rodillas,

 no vengo a la iglesia,

apenas logro concentrarme,

una hora, un minuto, un segundo para ti.

Llega la noche y vacía de mundo,

cubierta de sábanas y con un rosario en la mano,

a  veces, te rezo.

Intento alejar de mí todo un día de pesar, de dolor, de alegrías también.

Intento apartar de mí hasta el murmullo perenne de mi corazón.

Y lo dejo todo por ti.

Y rezo un padrenuestro,

Un avemaría,

Un Gloria que me habla de ti.

De aquella noche marchita que dejó escapar

al Señor de la Vida.

De aquellos instantes que precedieron al horror que ibas a sentir.

Cuando aquellos ojos que te miraban

eran limpios, sinceros, deseosos de escuchar,

de vivir un poco más bajo tu sombra.

 

Cuando alzaste la frente al cielo,

la copa en el aire:

unas gotas de vino vertidas entre el cielo y el infierno.

Un pedazo de pan pasó de mano en mano hasta llegar a las tuyas, Señor.

Cerraste los ojos, y empezó el silencio.

 

El vino se transformó en sangre... tu sangre Señor.

El pan se hizo forma, tu cuerpo, Señor.

 

Mi corazón, apenas palpita, acallar quiere hasta al mismo silencio.

 

Me postro ante ti, Dios verdadero,

A ti comunión perfecta;

Sagrada Hostia que mi boca reclama.

Me postro ante ti, Santísimo Sacramento  y

mi infierno se queda atrás.

¡Bendito sea por siempre el SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR!.

¡Por siempre sea bendito el divino Sacramento!.