Oración de la Esperanza 

Autor: Isabel Conde Ramirez 

                                 

 

 

 

 

 

 

Señor, ahora mi vida se siente vacía. Aquella esperanza que tuve parece huir de mí.

La noche se presenta fría. El tiempo pasa y crece mi pena.

Me hablaron de ti, yo, que apenas te conocía. Dijeron que, sobre aguas cristalinas andabas...que tormentas ante ti menguaban achicando su ímpetu hasta desaparecer...que el horizonte parecía más cerca a pesar de los nubarrones que amenazaban las almas.

Me hablaron de ti, a mí, que poco de ti sabía.

Busqué a mi alrededor dónde el cielo y la tierra se besan. Allí dónde puse mi anhelo  y la heredad nació marchita. Allí dónde mis ojos creyeron ver...Esperaron ver...Exigieron recibir esperanza. Y, a pesar de todo, te encontré.

Mi pecado en soberbia mecía mi estampa...

Mi avaricia ansiaba cubrir mis espaldas perdidas...

El egoismo  que invadía mis días  perenne yacía en mis entrañas...

Y..., a pesar de todo te encontré.

Te encontré  y supe que el agua turbia de mi corazón no era nada entre tus manos. Que el murmullo hiriente de mis palabras se tornaba ambrosía frente a tus ojos. Que mi guerra en paz se vertía y acunando mi espíritu baldío en sembrada cosecha se cambiaba. Que aquella dulzura que bebí del pecho de mi madre renacía en mí para empezar de nuevo.

Y..., me sentí en casa.

Señor, regresé a tus aguas tranquilas. Volví a tu cálida mirada. A tus brazos abiertos, benditos. Al calor de tu esperanza.