Al Prado

Autor: Padre Horacio Bojorge 



"¡Oh prado de verdura,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!"
[San Juan de la Cruz]

Prado montevideano.
Copia del Paraíso
donde me puso Dios como Adán ciudadano.
De céspedes prohibidos.
De araucarias que amo.
De senderos perdidos que recorro y reviso
y cruzan como líneas del destino mis manos:
por el querer, divinos;
por el errar, humanos.

Fuentes abandonadas.
Donde el alma se deja.
Donde el agua se queja
crepitando el arrullo de su blanda tonada,
su susurro de abeja
que persuade de siesta la quinta sosegada.

Cautivos de frescura en los hondos pilones
van peces dormilones en manadas doradas,
en manadas bermejas,
o vagan, remolones,
en lentas, sosegadas, apartadas parejas
contemplando sin prisa los algosos rincones
de su jaula sin rejas.

Y como un pez dorado
de brillantes escamas,
se aleja el alma, a nado,
buceando entre las ramas,
buceando en la arboleda soledosa del Prado.

Alma herida en los ojos por blando acero de agua,
en sueños, Adán fragua
que le corre un bautismo de prado por la frente,
que ha abierto sus portones en Gan-Edén la fuente,
y que puede pasearse, a solas con su Dueño
por el Prado del sueño.


Nota: Prado se llama un extenso parque 
y paseo público de Montevideo, Uruguay