Sed de Dios

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Sitio Web del Padre



¡Ay! ¡qué torbellino de acción!

Verme inmerso como una esponja sedienta

en el azul mar de Dios.

Como raíces que se hunden

en volcán multicolor.

 

Será la actividad plena,

sin cansancio agobiante,

sin dolor y sin lágrimas.

 

¡Qué hambre experimenta

todo mi ser desfallecido

de actividad total

que no es inquieta,

sino plenitud dichosa

de gozo abismal e inmortal!

 

Es el ser todo el que me pide a gritos ¡Dios!

¡Dadme a Dios!

¡Sumergidme en su Ser feliz!

 

A todos clamo

como alguien que se ahoga

en un mar sin riberas

y se agarra a su grito escarlata

cuajado en sangre

a borbollones manada

de la teja seca de su garganta:

 

¡Oh vosotros, dadme a Dios!

Dadme la dulzura

de las fresas de Dios,

confortad mi corazón sediento

de sed sustancial

con los cráteres hirvientes

del crepitar de todas las frutas.

 

Empapadme de esencias

de los cedros verdes,

de los más altos álamos,

que crecen verticalmente

poblados de pájaros

más allá de las estrellas

coronadas de águilas.

 

Dejad que pulse una escuadra

de cítaras,

y laúdes y sonoros violoncellos.

Que vuelen todos los pájaros

de todos los trigos de oro y púrpura,

que me enamoren

todos los corazones jóvenes,

que mi corazón sea un universo

de bocas llenas de besos.