San Juan de la Cruz, 

Prosista y poeta

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Sitio Web del Padre

 

 

"Pasó ante el Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos: en el viento no estaba el Señor. Vino después un terremoto, y en el terremoto no estaba el Señor. Después vino un fuego, y en el fuego no estaba el Señor. Después se escuchó un susurro. Elías al oírlo se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta. Una voz le preguntó: ¿qué te trae por aquí, Elías?. Era el Señor". (1 Reyes19,4). 

Si Juan de la Cruz florece poeta en Castilla, culminará como escritor en Andalucía. En la cárcel, como poeta, dirige al Amado sus endechas y quejidos y alborozos, en Beas de Segura (Jaén) entrega a los hombres su magisterio denso y breve. Y en Granada, entre los trinos de los ruiseñores de la Alhambra, la poesía de sus cantos engendrará y fecundará sus cuatro tratados en prosa. Prosa declaratoria y magisterial de los poemas célicos. Había escrito en la cárcel de Toledo 31 estrofas del Cántico espiritual. Las estrofas 32-34 las escribe en Beas mientras conversa y ora con sus hijas espirituales. Y las estrofas 35-39 brotaron como surtidor cristalino e irisado puesto en movimiento por la respuesta de la Hermana Francisca de la Madre de Dios a la pregunta de San Juan: 

-- ¿En qué trae su oración, hermana? 

Ella le ha contestado: 

-- En mirar la hermosura de Dios y holgarme de que la tenga. 

Se alegró tanto de oír esta respuesta que, durante varios días, decía cosas sublimes y muy elevadas de la hermosura de Dios, que a todos causaban admiración. Y brotó espontánea la estrofa: 

"Gocémonos, Amado, 

y vámonos a ver en tu hermosura, 

al monte y al collado 

do mana el agua pura. 

Entremos más adentro en la espesura" 

+LA HERMOSURA, LA BELLEZA, LA ARMONIA 

Cuando a sus cinco años cayó en la charca de lodo en Medina y la Virgen le pedía las manos para sacarlo del fango, el niño se resistía a dárselas porque las llevaba sucias. Las monjas de Beas han saboreado ya la plenitud de sus poemas; han escuchado sus pláticas y charlas en el locutorio; conocen sus orientaciones atinadas y fecundas en orden a la dirección de su espíritu. Cuando han comenzado a conocerle, le ruegan que les dé todas aquellas sugerencias por escrito, para poderlas actualizar mejor y para que su palabra se haga presencia permanente. 

Comenzó a escribir billetes con aforismos espirituales que les aprovecharan en su vida de unión con Dios, y estas breves pinceladas se convirtieron en el germen de sus grandes obras. El no se propuso nunca ser un escritor profesional, pero llevaba un tesoro en el estuche de su cuerpecillo --medio fraile-- y viviendo, experimentando y observando, se hizo capaz de atender las demandas de sus hermanos y hermanas que solicitaban el consejo de su experiencia. Así nacieron los escritos breves que integran el bloque de prosa: Dichos de luz y amor, Cautelas y Cartas. 

+ POESÍA Y PROSA. VERSOS Y DOCTRINA. 

San Juan ha dado a la humanidad una gavilla de poesías que, caso inaudito, le han colocado, siendo tan pocas, en el lírico sublime del Olimpo de los poetas. Escribe Antonio Machado: 

¡Oh, el más poeta de los santos todos... 

y el más santo de todos los poetas"!. 

Y Dámaso Alonso afirma: "Vista la poesía de San Juan de la Cruz "desde esta ladera", San Juan de la Cruz es el mejor de los poetas de lengua hispánica" Y lo dice "desde esta ladera", quiere decir con criterio profano, técnico, poético, conceptual, no religioso, ni místico, que le sobrepasa. Con los cuatro poemas mayores, van otros escritos breves: La fonte, el pastorcico, diez romances y cinco glosas. 

Un manojo de versos le sube a la cumbre, porque no es la cantidad la que se valora, sino la calidad, oro macizo, piedras preciosas, "hermosas margaritas". Nos ha dejado además, un río caudaloso de prosa sustancial, exposición de una teología con un Dios deslumbrante y una antropología con un hombre sumamente engrandecido y deslumbrador. Una doctrina impagable, fruto de un mistagogo en plenitud de magisterio. 

+ LOS QUE ESTÁN EN CONTRA 

¿Qué les diremos a los escritores famosos y galardonados que le han ridiculizado?. Pues que no está hecha la miel para la boca del asno. Que lean, si son capaces, sus obras, y que hablen después, si saben.-¿Por qué, pues, si la Subida y la Llama y el Cántico y la Noche son tan sublimes, se siente alergia ante ellas y se huye de ellas como de la muerte, como diría él?. Esta respuesta nos llevaría a una radiografía sociológica de la vivencia del hecho cristiano y antropocéntrica y trivial, cuando debe ser mistérica y teocéntrica. Se teme al místico porque se ignora que el cristiano es místico, por mistérico, desde el bautismo. Está sumergido en el misterio. Y para desvalorizar, se ridiculiza y se hace caricatura, en lugar de presentar, estudiar, la realidad. San Juan ha sido caricaturizado. Se ha visto un lado del prisma y no su conjunto y, ése, exagerado o incompleto. Resultado, un San Juan de la Cruz deformado y, por tanto deforme, exagerado. Cuando no puede ser más evangélico, ni más cristocéntrico. El que en Granada salió escritor, como poeta en Toledo.