Navidad

24 de diciembre - Misa Vespertina de la Vigilia 

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Sitio Web del Padre

 

"EMMANUEL". DIOS ESTA CON NOSOTROS
HA APARECIDO LA GRACIA DE DIOS  QUE TRAE LA SALVACIÓN PARA TODOS LOS HOMBRES.
 

PREAMBULO 

Navidad, según Juan Pablo II, es un «evento de luz» que «disipa las nubes del pecado», pues, para los oprimidos y los que sufren, y para los que caminan en la oscuridad, brilla «una gran luz», «que irradia desde la humildad del pesebre», y «es la luz de la nueva creación». Si la primera creación comenzó con la luz, cuánto más espléndida, brillante y `grande' es la luz que inaugura la nueva creación: ¡Es Dios mismo, Luz de Luz, hecho hombre!». Haciendo frente a «los implacables titulares de las noticias», «estas palabras de luz y esperanza pueden parecer palabras de un sueño. Pero éste es precisamente el desafío de la fe, que hace de esta proclamación algo que conforta y exige. Nos hace sentirnos envueltos en la ternura del amor de Dios, mientras que, al mismo tiempo, nos demanda un amor práctico a Dios y a nuestros semejantes». Navidad es «el festival de la vida. Del seno de la Virgen ha nacido un Niño, un pesebre se ha convertido en la cuna de la Vida inmortal». Jesús nació, como nosotros, y al hacerlo ha «bendecido el momento del nacimiento, que ha cambiado el curso de los acontecimientos humanos». «Todos vosotros que vendréis después de nosotros podréis aceptar esta verdad, que ha cambiado totalmente la historia. Desde la noche de Belén, la humanidad sabe que Dios se ha hecho hombre para dar al hombre parte en su naturaleza divina». «Por su nacimiento nos ha introducido a todos en la esfera divina, concediendo a quienes por la fe se abren a sí mismos para recibir su don, la posibilidad de participar en su propia vida divina». «La venida de Cristo entre nosotros es el centro de la historia, que a partir de entonces adquiere una nueva dimensión. Es Dios mismo el que escribe la historia para entrar en ella. De esta manera, el acontecimiento de la Encarnación se amplía para abrazar a toda la historia humana, desde la creación hasta la segunda venida». Y este nacimiento terrenal de Jesús «atestigua de una vez por todas que en él todo hombre se ve inmerso en el misterio del amor de Dios, que es la fuente de la paz definitiva». Por lo tanto, «toda la creación está invitada a cantar al Señor un cántico nuevo, a alegrarse y exultar juntos con todas las naciones de la tierra». 

1. La Antífona de Entrada del libro del Exodo 16, 6, nos remonta a los tiempos del desierto. El pueblo de Israel pasaba hambre y se quejaban a Moisés. Moisés, acobardado por las murmuraciones recurre con insistencia al Señor y el Señor le dijo a Moisés: Voy a hacer que os llueva pan del cielo; salga el pueblo y recoja lo que basta para cada día. Entonces Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: Esta tarde conoceréis que el Señor es quien os ha sacado de la tierra de Egipto y mañana veréis brillar el poder del Señor, pues ha oído que os quejáis de él. Al celebrar la Vigilia de Navidad cantamos aquella promesa del Señor, que se va a cumplir mañana, porque es El en persona el que viene a saciar nuestra hambre de libertad y de felicidad y amor. Con su nacimiento llega todo.

2. Isaías en su capítulo 62 anuncia la venida del Mesías. El profeta afirma: Yo no me estaré callado; sin cesar rogaré a favor de Sión; por amor de Jerusalén no he de sosegar hasta tanto que su Justo nazca como la luz del día, y resplandezca su Salvador cual brillante antorcha. Y el Señor responde a las plegarias de Isaías: Las naciones, ¡ Jerusalén!, verán a tu Justo; y todos los reyes a tu glorioso Salvador; y se te impondrá un nombre nuevo, que pronunciará el Señor de su propia boca. Y serás, entonces, una corona de gloria en la mano del Señor, y una real diadema en mano de tu Dios. Ya no serás llamada en adelante la repudiada, ni tu tierra tendrá el nombre de desierta; sino que serás llamada la esposa mía, y tu tierra la poblada; porque el Señor ha puesto en ti sus delicias, y tu tierra estará llena de habitantes; pues al modo que vive en paz y alegría un novio con la novia que escogió para esposa, así tus hijos morarán en ti, y como el gozo del esposo y de la esposa así serás tú el gozo de tu Dios.

3. San Pablo, en Antioquía de Pisidia, leemos en el libro de los Hechos, 13, que puesto en pie en la sinagoga dijo que Juan cuando estaba al fin de su vida afirmó: “Yo no soy quien pensáis, sino que viene detrás de mí uno a quien no merezco desatar las sandalias”. Mañana estará ya con nosotros. Aleluya, aleluya! Así quedará borrada la maldad de la tierra y será nuestro rey el Salvador del mundo”.

4. San Mateo narra el nacimiento de Jesucristo como un hecho absolutamente milagroso: "La madre de Jesús estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo" Mateo 1,1. Lo que los siglos habían esperado, ya estaba aquí. El poder creador de Dios infinito se ha manifestado en el seno de María. 

5. Según la ley judía, el contrato matrimonial entre José y María se había sellado firmemente. Sólo faltaba la ceremonia de la boda, que culminaba en el momento en que la desposada era llevada a vivir con el desposado. 


6. Cuando José ve a María encinta, quizá al volver de Ain-Karem, tras su visita a Isabel, sabiendo que entre ellos no ha habido relación carnal, se derrumbó interiormente. No le cabía en la cabeza, pero cada día la silueta de María lo evidencia más y más. Sin embargo José no reacciona con cólera, ni se arranca con un ataque de celos: "El celoso es un furioso: no perdonará hasta el día de la venganza" (Prv 6,34. Quizá pensó si habría sido violada en el viaje. O también llegó a pensar que allí había ocurrido algo que él no podía entender y que no debía entremeterse. 

7. María observaba a José y sufría viendo cómo sufría. Pero callaba. Cuando José miraba a María, aunque la veía sufrir, se esforzaba por traslucir serenidad. Y callaba también. El silencio de José y de María en estas circunstancias es muy delicado. Un silencio heroico y extremadamente doloroso Cómo sufren los dos muchachos. Están viviendo una negra y oscura noche. Dolor agudo de San José. Dolor de angustia de Santa María. 

8 "José, que era bueno, no quería denunciarla". José es "justo", es decir, fiel a la Ley. Y aquí hay colisión de leyes: la del amor al prójimo y la de repudiar públicamente a la esposa infiel. Lo que pone de manifiesto la caridad y la delicadeza y el tierno amor de José: no quiere hacer daño a la que ya es la mitad de su vida. Decide repudiarla en secreto, renunciando al derecho sobre su esposa. Se le hace pedazos el corazón pensando que tiene que abandonar a aquella frágil criatura, a la que tanto ama. Es la noche de la fe de Abraham a quien se le pide sacrificar a su hijo tan deseado, tan esperado y tan amado. Y sin poder desahogarse con nadie. ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo esta angustia? ¿Será eterno el silencio de Dios? 


9. "Un ángel del Señor dijo a José: No tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo". José sintió unos enormes deseos de salir corriendo abrazar a María. A ella le bastó verle la cara para saber que Dios había hablado a José. José acaba de morir. Ahora mismo ha nacido un hombre nuevo, capaz de hacerse cargo del importante ministerio de ser el padre legal de Jesús, que viene a salvar al mundo de sus pecados. Como María, José ha recibido su Anunciación. 

10. Isaías lo había profetizado: "La virgen está encinta y dará a luz un hijo, que se llamará Emmanuel=Dios con nosotros" (Is 7,14). Y Pablo "fue elegido para predicar el evangelio de Dios, que por sus profetas había anunciado antes en la Escrituras Santas, acerca de su Hijo, el nacido de la estirpe de David según la carne, Jesucristo, Nuestro Señor (Rm 1,1), a quien sea la gloria por los siglos, Amén".