Domingo XXIII Tiempo Ordinario, Ciclo B

Los sordos oyen, los mudos hablan

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Sitio Web del Padre

 

 

1."La existencia del mal en el mundo da origen a veces al ateísmo, como violenta protesta", dice la GS 19. Piensan que siendo Dios bueno, no debería permitir el mal en el mundo. Pero olvidan que aquí está en juego el problema de la libertad. Para evitar todo mal Dios tendría que gobernar el mundo suspendiendo constantemente las leyes por las que lo rige, o impidiendo el uso de la libertad humana, cuando es ella la que causa el mal, como las guerras. Después de la creación Dios dice "que todo era bueno". Pero “Dios hizo al hombre al principio y lo dejó en manos de su propia libertad" (Eccl 15,14). Dios "todo lo ha hecho bien", dicen los que han visto la curación del sordo. Somos los hombres los que rompemos su obra. Aunque él no quiere que su obra se deteriore. Por eso suscita hombres, personas, mujeres, que le ayuden a enderezar el descalabro. Hoy tenemos en el candelero a la Madre Teresa de Calcuta, que será beatificada el 19 de octubre próximo. Tuvo un sueño en su penúltima gravísima enfermedad: LLegó al cielo y San Pedro le dijo: "Vete que aquí no hay suburbios".

2. Pero Dios, infinitamente justo, vindica y educa. Así hemos de interpretar a Jeremías: “Yo traigo del norte la desgracia, una gran calamidad: sube el león de la maleza, sale de su guarida, está en marcha un asesino de pueblos para arrasar tu país e incendiar us ciudades, dejandolas desabitadas. Por eso haced duelo y gemid, porque no cede el inendio de la ira del Señor...te cercan porque te rebelaste contra mí-oráculo del Señor-; tu conducta y tus acciones te lo han traido, ese es tu castigo, el dolor que te hiere el corazón... Mi pueblo es insensato, no me reconoce, son hijos nececios que no recapacitan: son diestros para el mal, ignorantes para el bien...Miro: el vergel es un pa´ramo, los poblados están arrasados; por el Señor, por el incendio de su ira” (Jr 4,5). “Andad, id a mi templo de Silo y mirad lo que hago con él (ha sido destruido), por la maldad de Israel, mi pueblo. Pues ahora, ya que habéis cometido tales acciones, que os hablé sin cesar y no me escuchasteis, que os llamé y no me respondisteis; por eso, con el templo que lleva mi nombre, haré lo mismo que hice con silo: os arrojaré de mi presencia, como hice con vuestros hermanos” (Ib 7,1). “Yo romperé a este pueblo y a esta ciudad,como e rompe un rompe un cacharro de loza y no se puede recomponer... porque se pusieron tercos y no escucharon mi palabra” (Ib 1,5).

3. No hay telediario que no traiga noticias infaustas. Submarino hundido y marinos ahogados, torre de comunicaciones incendiada, guerra permanente en Irak, bombas suicidas en Israel, niñas secuestradas y asesinadas, y ¿para qué seguir? Estamos como un una nueva Babel de un pueblo oficialmente ateo. Tampoco hemos de creer que tal catástrofe corresponde con aquel pecado, o con determinada corrupción; pero tampoco podemos negar ni la justicia de Dios, que aunque la defintiva sea la trascendente, la intramundana tiene efecto justo vindicativo en cuanto tal, y pedagógico y educativo que buscando por amor nuestro bien, nos conduce por el dolor a la penitencia y a la conversión del corazón, porque siendo compasivo y misericordioso, quizá se arrepienta y nos perdone y nos deje todavía su bendición, como Isaías nos dirá a continuación:

4. Isaías anuncia en Judá una resurrección del pueblo de Israel, cautivo por el invasor de Asiria. "Mirad a vuestro Dios que trae el desquite; viene en persona" Isaías 35,4. Y despliega sus galas imaginativas de poeta: brotarán aguas en el desierto, torrentes en la estepa, y la sequedad se convertirá en manantial, en el campo de la ecología; y en el área humana: los ciegos y los sordos, y los mudos y los cojos, verán, oirán, cantarán, saltarán.

5. Dios vence el mal, salva a los hombres. Estos milagros hiperbólicos en la naturaleza material y reales en la humana, son profecía y anuncio de la acción salvífica cristiana y de la vida eterna. Y serán en el Nuevo Testamento, la garantía que ofrecerá Jesús a los enviados de Juan Bautista de que él es el Mesías: "Id y decidle lo que habéis visto: los cojos andan, los sordos oyen, los ciegos ven" (Lc 7,2). Estas acciones de Jesús anunciaban que había llegado la hora de Dios, prometida desde tantos siglos. La desbordada riada del mal, encontraba ya un dique que la vida de Jesús iba a ir agrandando.

6. Presentaron a Jesús un sordo, que apenas podía hablar. Nos sorprende que, a diferencia de otros casos, Jesús realice gestos: aparta al sordomudo, le mete los dedos en los oídos y le tocó la lengua con su saliva. No son gestos mágicos de brujo, sino pedagogía para suscitar la fe en un hombre sordo, que no puede oir las palabras, y de un mudo que no puede expresar su petición, que es su oración. En otros casos han sido suficientes las palabras: "Todo es posible para el que cree" (Mc 9,23); "Mujer, ¡qué grande es tu fe!" (Mc 15,28); "tu fe te ha curado" (Lc 8,48). En el caso presente, los gestos eran la única manera de poder llegar a la conciencia de aquel enfermo minusválido.

7. Nos ocurre a nosotros lo mismo cuando tenemos que comunicarnos con estos pobres deficientes. Con los gestos Jesús quiere decirle al sordomudo que está dispuesto a curarle. A los niños las madres, ¿no les tocan con saliva la herida que quieren curarles? Los gestos de Jesús eran una parábola en acción, que indicaba la curación, y excitaba la fe del enfermo. Y como para alejar el pensamiento de que aquellos no eran ritos mágicos sino obra del Padre, miró al cielo, indicando de dónde iba a proceder el milagro de la curación, gimió, expresando el dolor que le producía aquel sufrimiento a su sensibilidad exquisita y misericordiosa, y dio la orden: "Abrete". Y comenzó el enfermo a hablar sin dificultad. La gente, enardecida, a pesar de que Jesús les mandó que no lo dijeran a nadie, proclamaba el milagro admirada de la actuación del Señor, que "todo lo ha hecho bien: hace oir a los sordos y hablar a los mudos". El Duomo de Milán es un universo de maravilla. Un bosque inmenso de estátuas, más de dos mil, labradas en mármol blanco con un trabajo de bordado inverosímil. Alguien dijo a un escultor cuando las cincelaba de para qué tanto esfuerzo, si no se apreciaba desde abajo. ¡Pero desde arriba sí!, contestó el hombre de fe. Los “cobardes de corazón”, que estamos haciendo una chapuza con nuestra vida, podemos sentir un latigazo de emulación ante la obra de Jesús, reflejada en este artista consciente y despierto.

8. Así debe pasar por el mundo la Iglesia, para que oigan todos los sordos y hablen glorificando a Dios todos los mudos, que porque no oyen la Palabra de la salvación, no tienen argumento para hablar con la oración a Dios y glorificarlo. El que no oye la voz de Dios en el movimiento de su vida es un sordo. Hay muchos hombres ateos y muchos creyentes mudos, que no saben proclamar las maravillas de Dios.

9. Santiago nos previene contra la acepción de personas. La marginación del pobre andrajoso, que no va vestido con abrigo de pieles y con anillos en los dedos, como el rico. El dice que eso sería juzgar con criterios malos Santiago 2,1. San Juan de Ribera, Arzobispo de Valencia, daba, no recibía regalos, hipotecando sus poderes. "Los regalos al poderoso sobornan". Y se produce la acepción de personas. Hoy, tan en boga la corrupción y la mordida, es necesario leer estos textos, para preferir a los pobres, como Cristo, que ha venido a librar a los más necesitados y marginados. No porque sean mejores, sino porque él es bueno y compasivo, defensor de los oprimidos y desheredados. La inminente beatificarión de la Madre Teresa de Calcuta nos ofrece kla oprtunidad de su ejemplaridad que ha hecho una acepción de personas al revés: a los más pobres de los pobres. Dios ofrece signos ya hoy de que algo nuevo está naciendo. Dios se ha puesto de parte de los pobres y de los pequeños, de los abandonados y humillados, y la Iglesia ha declarado la preferencia por los pobres: Las masas manifiestan su descontento ante la falta de corazón. En España, el pueblo se manifiesta en riadas en demanda de paz. Harán bien los gobernantes en saber escuchar la vor del pueblo, que es la voz de Dios.

10. Necesitados de su perdón y de su misericordia y alegría venimos nosotros invitados al banquete de la eucaristía para recibir la vida y los bienes con que merezcamos tener parte para siempre en su vida feliz e inmarcesible.