Domingo II Tiempo Ordinario, Ciclo B

El Domingo de las llamadas. Permanecer en mi amor

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Sitio Web del Padre

 

 

1. Las lecturas del Antiguo Testamento han sido elegidas para ilustrar y preparar la del evangelio. La comparación de las dos aparte de que es muy enriquecedora, nos demuestra que la doctrina de Jesús está muy enraizada en la tradición judía y en la expresión semítica y evidencia la continuidad de la historia de la salvación. El primer centro de interés de las lecturas es el Antiguo Testamento, el salmo, que suele ser como un eco y una prolongación de la misma, y el Evangelio. El segundo centro de interés es la lectura de las cartas que, después de la palabra de Jesús, es la que tiene más importancia, ya que la Iglesia se basa en su testimonio. 

2. Hoy es el día de las llamadas: Dios llama a Samuel 1 Samuel 3, 3. Jesús a Juan y Andrés : "Venid y lo veréis" Juan 1, 35. Algún buen observador de estas homilías, que recordará que anuncié que durante el Ciclo B leeríamos a San Marcos, se extrañará de que hoy leamos a San Juan: Me explico. Durante el tiempo ordinario de los tres ciclos se lee a cada uno de los sinópticos (Mateo, Marcos, Lucas). Pero como el evangelio de San Marcos es breve y co cubre todo el ciclo, se completa con el de San Juan, que no pudo ser leído en Cuaresma, ni después de la Pascua, que era su tiempo. Como los tres sinópticos siguen el ministerio de Jesús, Juan hoy nos introduce en él, al narrarnos el pasaje del Bautista presentando a sus propios discípulos, que Marcos omite. Jesús pasa: "Timeo Jesum transeuntem" (San Agustín). Hemos de estar alerta para no despistarnos cuando pase: "Este es el Cordero de Dios"... El relato del evangelio de hoy es delicioso por su frescor y finura psicológica. Describe el momento cumbre de la misión del Precursor cediendo a Jesús sus mejores discípulos. Esta capacidad de ceder sus almas al Señor define la grandeza de aquel hombre profundamente humilde, cuyo lema era: "Es preciso que él crezca y que yo disminuya" (Jn 3.30), y que al final se cumplió perdiendo tamaño él a ser decapitado y creciendo Jesús sobre la cruz. 

3. El pequeño Samuel, profundamente dormido como los niños, se despierta sobresaltado repetidas veces, al oir que le llaman y cree que es el sumo sacerdote Elí que, aunque era permisivo con la conducta sacrílega de sus hijos, supo encauzar la posible llamada de Dios al pequeño y le enseñó a responder, encauzándolo a ir al Señor, si le vuelve a llamar: "Habla, Señor, que tu siervo te escucha". 

4. Está llegando Jesús y Juan, de repente, se detiene y mira: se hizo un silencio completo. Cerca del río avanza un hombre: de estatura más que mediana, de talle esbelto y bien proporcionado. Majestuoso. Su figura como las que San Juan de la Cruz describe a las almas llegadas a la “Llama de amor viva”, o Santa Teresa en la Séptimas Moradas, almas reales. Me lo imagino vestido con una túnica larga, tejida de una pieza, probablemente blanca, orlada con cenefa azul, confeccionada por su Madre. San Ignacio en los Ejercicios utiliza la aplicación de sentidos. Eso es lo que estoy haciendo, poniendo a trabajar la imaginación. Barba larga, y ojos impresionantes, dulces y atrayentes, que inspiran confianza y le califican como el hombre más hermoso de los hombres, aunque su hermosura real es la interior, que los ángeles desean ver. 

Juan Bautista, fijando los ojos, le miró, ¿cómo le miró? ¿Qué clase de mirada dirigió Juan a Jesús, cuando le tuvo ante sus ojos?... ¿Cómo lo miró Juan? ¿Qué admiración, qué vuelco le dio el corazón, tan semejante al que, lleno de júbilo, dio en el vientre de su madre ante la presencia de Dios, aún no nacido? Y, plenamente convencido, y sin ningún género de rivalidad, todo lo contrario, lleno de gozo, dijo: "Ese es el Cordero de Dios". Y dirigió a El a sus propios discípulos. 


5. Cuando éstos lo oyeron, dejaron a Juan y siguieron a Jesús. Sería una situación dolorosa, por la tendencia natural del maestro hombre, a apropiarse de sus propios discípulos. Es difícil actuar como el guardia de la circulación que señala la ruta a los automóviles. Si los dirigiera hacia sí mismo ¡originaría un lamentable atropello! 

6. La primera palabra que pronuncia Jesús en el Evangelio de Juan, es ésta: "¿Qué buscáis?" Jesús apela al deseo profundo de estas personas. La respuesta parece torpe: "Maestro, ¿dónde vives?", pero en el fondo, indica lo importante: Quieren saber dónde vive Jesús, para estar con él. No querían saber algo, sino estar con él. Contra el cristianismo excesivamente racionalizado, la experiencia de Dios. Los que pensamos que sabemos mucha teología, aunque sea muy poca, sufrimos en general la tentación de saber que sabemos, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. No es lo mismo saber que gustar y saborear y hacer. Una cosa es predicar y otra dar trigo. Aquellos hombres habían sido bautizados por Juan. El ha sido el instrumento de su vocación, dando testimonio de la misión de Jesús y de su divinidad, y enviando sus discípulos al Salvador, les dio la oportunidad de conocerle y de aproximarse a El. ¡Con qué abnegación y celo cumplió Juan su misión! Jesús es su solo bien, su sumo bien, su todo bien. Como Francisco de Asís: "Dios mío y mi todo". Aprendamos con su ejemplo a alegrarnos santamente de los éxitos de nuestros compañeros, que parecen rivales… Porque damos muchísimas veces la impresión de que las almas son nuestras, de que somos sus propietarios. El mismo título tradicional: "Ha tomado posesión", da pie para que se olvide que no somos los dueños del rebaño, y que sufrimos los celos que tienen los casados, que se disputan las ovejas del mismo rebaño. Y en algún lugar, hasta con ironía decían: "nosotros damos cupones". ¿Cómo nos extrañamos con hipocresía después del marasmo y frenazo y retroceso, tan normales y lógicas, obrando así? Un sacerdote coadjutor joven pedía permiso a su Arcipreste para dar unas charlas por radio, y recibió la respuesta siguiente: "Yo eso no se lo puedo negar". O sea, que si lo pudiera negar, lo negaría, y tantas cosas que no se hacen porque no son necesarias las palabras, pues los gestos o actitudes bastan. ¿Por qué la necesidad de la oración por la unión de las iglesias cristianas, que comenzaremos esta misma semana? 

7. El laconismo y la brevedad del relato de la escena, es fresco y elocuente. Dos hombres siguen tímidamente a Jesús, con el corazón saltante... Es el primer encuentro. ¿Qué hará Jesús? ¿Qué pensará? Cuando notó que le seguían, se volvió a ellos, y les dijo: "¿Qué buscáis?". Se ha da cuenta de que le buscan... El les hace una pregunta. Y ellos, le responden con otra: "Maestro, dónde moras". Jesús sabe que esta respuesta es mucho más honda de lo que parece. El les ha preguntado “qué buscan” y ellos han respondido “a quién buscan”. No buscan una cosa, ni una idea o un programa. Buscan una persona, quizá un líder, tal vez porque intuyen que ya han pasado los tiempos de las ideas abstractas y discutidas y necesitan ya ver encarnadas las ideas, justamente cuando la palabra, el logos, se ha encarnado. Ya tiene Juan su leiv-motiv para el prólogo de su futuro evangelio. Ellos no buscan una persona a la que quieren conocer, lo suyo no es la satisfacción de una curiosidad, por eso han adoptado tres actitudes trascendentales: Buscarle, seguirle, y quedarse con El. Buscar es el afán por encontrar algo, que si se encuentra se seguirá una satisfacción plena o el éxito de una empresa. "Morar" no sólo es habitar y vivir", sino "permanecer en unión íntima y estrecha": "Quien come mi carne y bebe mi sangre, en mi mora y Yo en él". "Si permanecéis en mi palabra verdaderamente sois mis discípulos. ‘El Padre que mora en mi, hace sus obras"’ (Jn 14,10). 

8. Le han pedido tímidamente su amistad y Jesús les responde llevándolos a su casa abierta de par en par: "Venid y veréis". Responde a su pregunta, a su deseo, invitando y respetando su libertad. Permanecieron con El aquel día. Jesús no invita a hacer, sino a ver. ¿Su casa? Tal vez una cabaña junto al río, o una choza hecha con cañas y ramas de árboles y una gruta en la montaña, como la de Belén donde nació? Ellos "fueron, vieron dónde vivía y se quedaron todo el día con él". Y comieron y le observaron y hablaron, hablaron mucho. Y sentirían arder su corazón como los de Emaús mientras hablaba, ¡cómo le brillaban los ojos!... Sus ojos “enganchadores”, como dicen por ahí. "Venir y ver" en su sentido profundo es "darse, creer, aceptar, mirar espiritualmente, descubrir quién es Jesús. A Juan se le ha quedado grabada la hora del dichoso encuentro, el que le hace sentir que su corazón ha llegado a casa: "Serían las cuatro de la tarde". Y la recordará nítida hasta su edad avanzada. Como el muchacho enamorado que escribió la fecha y la hora en el banco donde tuvo el primer encuentro con la muchacha de su amor. Le quedó tan grabado en la retina aquel primer encuentro con Jesús que, después de setenta y más años, recordaba aquella hora con dulce regusto, como recordamos nosotros el momento decisivo que cambió el rumbo de nuestra vida. 

9. Y se quedaron con él: estuvieron con él: Se quedaron con El. "Permaneced en mi amor". La familiaridad de su compañía es el camino de la unión y la intimidad. La madurez final se identifica con el permanecer en él. Hay una narración de los Padres del desierto que lo confirma: - Le preguntan a un monje: ¿Por qué muchos monjes abandonan el monasterio?. -Ocurre lo mismo, -contesta- cuando un perro persigue una liebre, ladra. Al oir ladrar, otros perros se unen a él, pero cuando ya no ven la liebre, van retirándose, porque no la ven. Sólo persevera, el que ve la liebre. Sólo quien ve a Cristo y permanece en él, persevera en su seguimiento. Tardó en entrar en Occidente la frase de Lutero: "Crede fortiter et peca fortius". Pero al fin ha calado y hondo. Predicábamos hasta con exceso y en exclusiva el 6º y 9º, y con un detallismo casi neurótico. Ahora todo se va en solidaridad, suprimida la virtud teologal de la caridad y compromiso. Teológicamente aquellos dos mandamientos no eran los principales, pero los considerábamos. Hoy con tanta solidaridad y omitiendo aquellos, se ha perdido la fe o permanece en letargo y mortecina, porque, aunque no son los principales, la lujuria sí que es el apetito que más rápidamente apaga la fe. "Cuando venga el Hijo del hombre, encontrará fe en la tierra?", preguntaba Jesús. Y la sexualidad, el libertinaje y la permisividad ha producido y está causando la mayor hemorragia de la historia. 

9. Benedicto XVI ha hecho un análisis de las causas de la crisis que surgió en la Iglesia tras el Concilio Vaticano II. Según él -fue uno de los teólogos que más influyeron en el Concilio-, la crisis se debe a la interpetación que se ha hecho de los textos conciliares. Para el Papa, han existido dos corrientes interpretativas. Una , la que se ha impuesto y es la responsable de la crisis, ha considerado que lo importante no era la letra de los documentos, sino el espíritu de renovación. A esta hermenéutica, Benedicto XVI la calificó de la «discontinuidad y de la ruptura entre la Iglesia preconciliar y la Iglesia postconciliar». La otra, la que ha dado frutos, es la «hermenéutica de la reforma», para la cual el objetivo del Concilio es «transmitir pura e íntegra la doctrina, sin atenuaciones o tergiversaciones». Ruptura o reforma, ahí ha estado la clave según el Papa. No me cabe duda de que es así. Pero creo que hay algo más profundo, más radical, básico y originario.

La Iglesia preconciliar estaba, salvo honrosas excepciones, marcada por una espiritualidad de miedo y premio -infierno y cielo- y con esos argumentos movía a los fieles a hacer el bien y evitar el mal. La Iglesia posconciliar se ha convertido en una comunidad -también salvo honrosas excepciones- en la que la gente cree que haga lo que haga se va a salvar porque Dios es buenísimo y no puede condenar a ninguno de sus hijos. Cómo se ha producido ese cambio es tan interesante como complejo. Pero se ha producido. Y la consecuencia -o causa- ha sido la desaparición del concepto de verdad para caer en el relativismo -todo depende de las circunstancias- o en el subjetivismo moral -las cosas no son buenas o malas en sí mismas, sino en función de lo que a mí me parece o conviene-. ¿Por qué se produjo esto? Porque no se entendió el objetivo que buscaba Juan XXIII al convocar el Concilio: volver a los orígenes. Y en el principio no había ni miedo ni interés, sino amor agradecido ante la sorpresa de un Dios que se había hecho hombre y había muerto en una cruz por amor al hombre. En el principio estaba el amor de María, modelo supremo de amor a Dios. 

10. Yo daría cualquier cosa por saber lo que se dijeron y lo que hablaron los tres. Podemos pensar que los dos contarían a Jesús su vida, sus deseos, sus asuntos. El les confiaría sus proyectos, sus propios deseos. Andrés, cuando encontró a su hermano Simón, le dijo: "Hemos hallado al Mesías". Y condujo a su hermano a Jesús. La aventura divina se realiza en las relaciones humanas: primero se habían reunido en torno a Juan Bautista. Y ahora los lazos de la sangre siguen en juego: Andrés conduce a Jesús a su hermano Simón. Un grupo humano natural se ha "embarcado" en una aventura apostólica: cuatro hombres que se conocían: Andrés y Simón, Juan y Santiago. Cuando San Bernardo se fue al Císter, atrajo a una veintena de hombres, hermanos y parientes. No pocas veces, ocurre al revés: Pasan los años, y son los parientes quienes ganan la batalla. ¿Por qué? Una vocación no nace en las nubes: todo contacto humano la favorece o la estorba y hasta la destruye. El encuentro con Jesús se debe propagar por medio de esas relaciones, no disiparse hasta la extinción. Hay que comenzar por los lazos naturales. Por las personas que más se relacionan con nosotros. Atraer a las amistades y a la familia para llevarlas a Jesús. Santa Teresa tenía tanta experiencia de estas vicisitudes que pone en guardia permanente frente a su influjo. 

11. Después, Jesús, fijó la vista en Simón, y le dijo: "Tú eres Simón el hijo de Juan; tú serás llamado "Cefas", que quiere decir Pedro. Decide contar con él, y confiarle un papel en su empresa. Serás la piedra, la roca. Aunque toda vocación divina arraiga en lo humano, sigue siendo una llamada de Dios, una iniciativa divina. A través de nuestras relaciones humanas, si sabemos mirar con profundidad de fe, veremos el designio de Dios: no nos hemos encontrado por casualidad. Es Dios quien ha preparado el contacto, el encuentro, la amistad. El tiene mucho que ver en este encuentro, en estas relaciones. 

12. El Bautista hace lo que ocurre en muchas vocaciones: Hay alguien que señala el camino. Y se comienza a seguir a Jesús. Después se consigue el conocimiento personal y directo. Los judíos que escuchaban a Juan conocían la misión del cordero. Habían visto sacrificar muchos corderos y mucha sangre derramada en el templo en la Pascua para la purificación de los pecados. Según esa experiencia, Jesús cargaría con los pecados camino del sacrificio. 

13. ¡Qué hermosas y conmovedoras son, en cambio, las palabras de Juan!: "Yo no soy Cristo—dice a los enviados por los sacerdotes a preguntarle-, pero he sido enviado ante El. La esposa está destinada para el esposo, pero el amigo del esposo, que está a su lado y le escucha, está transportado de alegría, porque oye la voz del esposo. Es necesario que El crezca y que yo me haga pequeño!". 

14. Jesús atrae a sus discípulos por su "su presencia y su figura". Era tal su dignidad y su amabilidad, que robaba los corazones. Pero mucho más los ganaba por la gracia inherente que los llevaba tras él. Gana a sus discípulos por la manera amable con que los llama, poco a poco, según sus disposiciones interiores y las condiciones en que se encuentran. Primero de una manera general; después les invita a que le sigan, renunciando a toda otra ocupación exterior; y por último, los escoge para ser sus discípulos, y así, con la misma amabilidad, gana uno a uno a sus discípulos, adaptándose a su carácter y a sus disposiciones espirituales. Conquista a Andrés y a Juan con la afabilidad. Sumamente sensibles y de tierno corazón, encontraron en Jesús el más fiel, y el más fuerte y tierno de los amigos. Gana a Simón arriesgado pescador, avezado en sortear tempestades y fracasos. Para Felipe y Mateo, bastó una simple invitación o llamamiento, porque uno y otro eran de condición blanda y dócil. Y en El encontraron el mejor de los Maestros. Natanael (Bartolomé), hombre muy religioso y espíritu recto y exacto; culto, pero independiente. También a nosotros, Jesús nos ha llamado con amor para que permanezcamos a su lado. Como ellos obedecieron con prontitud, diligencia y alegría, animándose unos a otros, hemos de actuar nosotros, atrayéndonos y esforzándonos por atraer a los que más queremos a seguir la vocación, como la perla preciosa. Ellos obedecieron con firmeza y perseverancia, en los trabajos, los combates y los sacrificios coronados por los éxitos más felices. Casi todos sacrificaron su vida con el martirio. Dios no elige porque encuentra en el hombre la aptitud necesaria, sino porque la crea en él. Pero la Iglesia para atraer vocaciones ha de empezar a ver y a exponer con claridad que no es una ONG, de solidaridad, sino la presencia del Reino Futuro. El permanecer con Jesús. 

15. Cuando Andrés se lo comunicó a su hermano Pedro, consiguió Jesús el fichaje del primer papa. La nueva evangelización no la vamos a realizar con teorías muy elaboradas. La conversión del mundo antiguo al cristianismo no fue el resultado de una actividad muy planificada, sino el fruto de la experiencia de fe de los cristianos en la comunidad de la Iglesia. La invitación de experiencia a experiencia fue la fuerza misionera de la Iglesia primitiva. Y la apostasía de la edad moderna se funda en la caída de la verificación de la fe en la vida de los cristianos. 

16. Esta es la gran responsabilidad de los cristianos de hoy. Deberían ser puntos de referencia de la fe experimentada como personas que saben de Dios, demostrar en su vida la verdad de Dios para poder convertirse en indicadores de camino para los demás. Sólo por esta puerta entrará el Espíritu en el mundo, dijo Ratzinger, todavía cardenal. 

17. Aludiendo Juan al Siervo de Yahvé: "Este es el Cordero de Dios", estaba recordando a Isaías: "El Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca como "un cordero llevado al matadero" (Is 53,6). Conocedor de las Escrituras, y de Isaías en particular (Jn 1,23), pudo ver en este pasaje a Jesús como Cordero de Dios cargado con los pecados del mundo. 

18. El futuro evangelista Juan quedó tan vivamente impresionado por esta frase oída en su juventud de labios del Bautista que, anciano de noventa años, se complace en considerar a Jesús bajo la señal del Cordero. En su Apocalipsis llamará a Jesús una treintena de veces el Cordero. Presenta a Cristo como un Cordero degollado y resucitado (5,6), sobre un trono (7,14), adorado por los 24 ancianos (5,8) y por todos los elegidos (7,9); y como santuario y lámpara que ilumina la Jerusalén celestial (21,22). 

19. Al señalar el Bautista a Jesús que pasaba como "el Cordero de Dios", indicaba de una manera discreta a sus discípulos quién era el único Maestro al que debían seguir. La pregunta "¿Qué buscáis’?", parece trivial; pero tiene un sentido más profundo de lo que parece. El Señor busca a todos los hombres, pero sobre todo a los buscadores de algo que de razón a su vida, como Zaqueo "que buscaba ver quién era Jesús" (Lc 19,3). Es curioso que la primera palabra de Jesús en el evangelio de san Juan sea "¿Qué buscáis?", y que la primera después de su resurrección a Magdalena, sea la misma: "Mujer, ¿a quién buscas?"; ¿por qué lloras? (Jn 20,15). 

20. Ellos le contestaron: "Rabbí, ¿dónde vives? Él les dice: Venid y lo veréis. Caminaron juntos y llegaron donde moraba. Sería su morada provisional, una cabaña hecha de cañas y ramaje como las que levantaban los peregrinos que acudían a recibir el bautismo del Precursor. A Santa Teresa, tan valerosa, que se detenía a fundar en una casa pobre y miserable, le dirá Jesús: ¡Oh mezquindad del corazón humano! ¡Cuántas noches dormí yo al raso! 

21. "Entonces fueron, vieron donde vivía, y se quedaron con él aquel día", y sin duda la noche siguiente, en coloquio cordial. ¡Lástima que el evangelista no nos haya transmitido el tema de aquella larga entrevista al calor de la hoguera, como lo hará después con el diálogo nocturno con Nicodemo (Jn 3)! Para ser testigo es preciso primero ver. El testimonio sigue al encuentro, a la visión. A la mañana siguiente, Andrés y Juan van en busca de sus respectivos hermanos que habían venido con ellos desde Galilea. A la experiencia personal, sigue de inmediato el testimonio. Andrés encuentra a Simón y le dice con un entusiasmo mayor que el de Arquímedes por su célebre hallazgo: "¡Euréka! ¡Hemos hallado al Mesías!". Y se lo presenta a Jesús. El Señor fija en él su penetrante mirada y le cambia el nombre por otro, símbolo de la nueva misión que había de conferirle: la de ser el fundamento visible de su Iglesia (Mt 16,18): "Tú eres Simón bar Yona, hijo de Juan; tú te llamarás Kefa, Roca o Piedra, en castellano Pedro. Y Juan hizo lo mismo con su hermano Santiago. Los cuatro primeros discípulos han hallado la fe, no leyendo un libro, sino abriéndose a la amistad con Jesús. Juan ha subrayado cinco verbos que jalonan el proceso de esta fe: oyen el testimonio del Precursor, buscan a Jesús, le encuentran, le siguen y permanecen con él. Permanecer en él es la meta del auténtico discípulo de Jesús: "El que permanece en mí como yo en él, ése da mucho fruto" (Jn 15,5). 

22. La aventura divina se realiza en las relaciones humanas. Juan y Andrés eran amigos, juntos pescaban, en torno a Juan seguían al Señor. Andrés conduce a su hermano Simón a Jesús. La vocación no nace en las nubes. El contexto humano la favorece o la dificulta. 

23. Estamos ahora reunidos con el Señor. Permanezcamos en su compañía, que de su contacto proviene la decisión de decirle: "Aquí estoy, para hacer tu voluntad" Salmo 39. Porque "la gracia y la verdad nos han llegado por él" Juan 1, 41. 

24. Y dispongámonos a participar en su banquete en el que nos da fuerzas para seguirle. Desde él, bien asimilado por una provechosa acción de gracias, comenzaremos a irradiarle en nuestro ambiente y proseguiremos buscando momentos para dialogar con él.