Mirando
al mar, con ansia infinita,
Me
abruma lo que sus Manos han hecho;
y
me sumerjo inquieto
en
el buceo de su Amor Creador.
Siento
el latido humano
de
la humanidad redimida
que
triunfa de barreras
y
de signos del yo.
y
me gozo en un gozo divino
de
unos hombres-niños,
de
unos hombres-hermanos,
de
unos hombres hijos
en
la Sangre de Dios.
Sueño
de Padre que ama,
y
que pocos descifran...
Plan
de Dios opulento,
perla
que cuaja en la ostra negra,
verde,
roja, azul, escarlata, carmesí
turquesa
del ancho mar.
Hermanos
en los hermanos
en
el gozo de darse; víctimas al Amor
en
un corazón que late
y
revierte sus gotas
en
la Cruz del Amor.
Sueño
siempre de altura
y
de fuego suave.
Sueño
de auténticas
realidades,
las
que valen y duran,
las
que escalan la cumbre del Monte ,
sin
temor a las fieras,
ni
a los lazos que crujen.
Y
banquete y donaire
a
la sombra del Cedro
en
la plenitud inmensa
de
la luz del Cordero.