Beato Marcelo Spínola

          Autor: Padre Jesús Martí Ballester

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            EPOCA CRITICA

Apasionante, cuajada de desafíos, nuestra época evoca el convulso período ochocentista en que desarrolló la acción pastoral aquel sacerdote y arzobispo mendigo que había adoptado como lema: «Todo lo puedo en Él». Sin arredrarse jamás, tan ajeno a complejos victimistas como a arrogantes alardes, con la humilde mansedumbre aprendida en la escuela eucarística del Corazón de Cristo. Don Marcelo sólo aspiró a ser sacerdote de cuerpo entero. El increíble y ardoroso amor a Jesucristo, a la Iglesia y a las almas, que trasmiten todos los hechos y escritos de Don Marcelo, se manifiesta en todo momento desde un ángulo gozoso, limpiamente sacerdotal.

BIOGRAFIA

Marcelo Spínola y Maestre nació en San Fernando (Cádiz) el 14 de enero de 1835, hijo de un oficial de la Armada española y marqués de la corona. Se licenció en Derecho en la Universidad de Sevilla a los 21 años. Abrió un bufete de abogados en Huelva, donde defendería las causas de los obreros sin exigir honorarios, y por eso le llamaron 'el abogado de los pobres'. Aunque de una manera tardía, se sintió llamado al sacerdocio. En 1864 fue ordenado sacerdote y empezó su periplo por diversos destinos: capellán de la Iglesia de la Merced en Sanlúcar de Barrameda hasta que el Cardenal Lastra le nombra párroco de San Lorenzo de Sevilla integrándose en las hermandades del Gran Poder y la de la Soledad, ambas residentes en la misma parroquia. Del Gran Poder llegó a ser director espiritual y Mayordomo.

CELIA MENDEZ

Parroquia de san Lorenzo de Sevilla. Treinta de octubre de 1874. D. Marcelo Spínola, está en el confesionario. Una mujer joven enlutada acude a él buscando orientación. Es Celia Méndez que ha quedado viuda hace dos meses y medio. En la cruz de la pérdida de su marido ha percibido un llamamiento de Dios hacia algo. Búsqueda, entrega generosa y esfuerzos por parte de Marcelo y Celia cuajará en la fundación de la Congregación de Esclavas del Divino Corazón en Coria, el 26 de Julio de 1885.

ESPIRITU DE LA OBRA

Nace la congregación con el mismo espíritu de sus fundadores: profunda vida de oración y vivo celo apostólico. El núcleo de esta espiritualidad que une contemplación y acción apostólica es el Corazón de Jesucristo. La misión concreta de la Congregación “anunciar a todos los hombres el amor personal que Jesucristo nos tiene” a través de la educación. El estilo con el que las Esclavas realizan su vinculación con el Señor, es el de María, primera Esclava del Señor. Celia Méndez, guiada por D. Marcelo estará al frente de la Congregación durante 23 años. Don Marcelo dirige a las religiosas, las instruye y estimula a realizar la obra de la educación cristiana “formando el corazón de los jóvenes en la verdad evangélica, ilustrando el entendimiento por el conocimiento del saber y transformando así la sociedad”.

DIFUSION

Se suceden las fundaciones: Coria, Málaga, Ronda, Corte Concepción, Moguer, Sevilla y Linares en vida de los fundadores. En Andalucía se fundan casas en Aracena, Sanlúcar la Mayor y Cazalla y se abre una casa en Madrid. En 1913 la expansión llega a América, Brasil, Rió de Janeiro y en Argentina, Rosario y San Carlos. Son momentos especialmente duros por el estallido de la Primera Guerra Mundial, que dificulta aún más las comunicaciones, de suyo lentas y difíciles en esta época.

NUEVAS FUNDACIONES

Entre 1927 y 1945 se funda en Coria, Madrid, Loreto y Buenos Aires. Son tiempos de guerra primero en España y en toda Europa. Se alcanza un total de 23 fundaciones. Barcelona, Tibidabo en 1947 y Montserrat en 1953. Pamplona en 1958. Roma en 1950. Japón y Brasil (Dianópolis) en 1953. Londres en 1962. Interior de Brasil: Bela Vista, Goianesia, Goiania y Piracanjuba en 1967. Filipinas en 1968. Actualmente la Congregación cuenta con 5 Provincias Canónicas: España Norte, España Sur, Argentina, Brasil y Japón. Filipinas es una Delegación de la Provincia de Japón. Hay casas en Angola, Argentina, Brasil, Ecuador, Filipinas, Italia, Paraguay y Venezuela.

En todos estos países el trabajo se realiza principalmente en centros educativos de enseñanza infantil, primaria y media, en residencias universitarias y en otras obras de desarrollo cultural y social. Hay actividades diversas, en las que participan profesores y padres,  alumnos y antiguos alumnos. Hay un Voluntariado que ayuda durante el verano en Ecuador y Venezuela. Aquí se trabaja con la Institución Fe y Alegría. La corresponsabilidad de los seglares en todas estas obras es un aspecto fundamental de la Obra.

ACTUALIDAD DE SU APOSTOLADO

Genial testimonio para que, en los albores del tercer milenio, pastores y fieles redescubran, fragante, la novísima belleza del sacerdocio católico. Marcelo Spínola, es sencillo, cercano, humilde y valiente. El 28 de Mayo de 1879, el Arzobispo Don Joaquín Lluch le nombra canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Sevilla.  Posteriormente es consagrado Obispo auxiliar de Sevilla. Preconizado por León XIII para la diócesis de Coria-Cáceres. Después, Obispo de Málaga y Arzobispo de Sevilla. Creado Cardenal por San Pío X. el rey de España, Alfonso XIII, le impuso la birreta cardenalicia.

SE ADELANTO A LA RERUM NOVARUM

 Spínola participó en la acción social cristiana, en aquel tiempo difícil, de acuerdo con las directrices de la Rerum Novarum: publicó pastorales, creó círculos obreros, sostuvo orfelinatos... Fundó un periódico "para defender la verdad y la justicia", creó la facultad de teología de Sevilla, predicó, confesó...

SERVIR

La vida de Marcelo Spínola estuvo marcada por su voluntad de servicio a los demás. Cuando llegó a Málaga se encontró con una provincia que vivía un fuerte declive económico por el agotamiento de sus minas, la competencia que sufría el puerto y la plaga de xilofera que asolaba los viñedos. Una situación extrema que creó grandes bolsas de desprotegidos entre las masas más desfavorecidas. A intentar mejorar esta situación centró sus esfuerzos. Marcelo Spínola formó parte de ese reducido núcleo de católicos que a finales del siglo XIX fueron conscientes del colosal problema obrero, de la miseria y la injusticia.

En sus pastorales, sus homilías y sus intervenciones públicas, Spínola cuestionó los trabajos de los obreros, denunció los horarios y las malas condiciones en las que desempeñan su labor y reclamó el descanso dominical. Al mismo tiempo, también se muestra crítico con las posturas políticas emergentes que cuestionan a la burguesía y buscan su desaparición. «Él solía decir que la iglesia había abandonado a los más pobres» y Spínola «intenta abrir brecha en esta situación». Un ejemplo más de su visión es que con estas acciones se adelantó a la promulgación de la encíclica de León XIII 'Rerum Novarum' (1891), que establece la doctrina social de la iglesia.

LA ENSEÑANZA

La creación de un servicio de comidas gratuitas que daba 2.000 raciones diarias, la apertura de un hogar para los 'sin techo', la restauración de un orfanato a punto de cerrar o la apertura de escuelas nocturnas y los domingos dan idea de la ingente labor social que desarrolló Spínola. Fue además un obispo que favoreció la enseñanza en dos vertientes, la congregación de las Esclavas del Divino Corazón, y la llegada de los salesianos para formar a los obreros.

VISITA PASTORAL

Su inquietud le llevó a visitar todos los pueblos de la diócesis en acción pastoral en unos tiempos con malas comunicaciones y a lomos de un mulo. Además, también acudía a la cárcel y los hospitales a consolar a los que estaban allí.

En 1891 es nombrado senador como delegado de la provincia eclesiástica de Granada y en sus intervenciones, con una gran oratoria, luchó, entre otros asuntos, contra los intentos de eliminar la religión de la enseñanza pública, un tema también hoy de vigente actualidad.

ARZOBISPO DE SEVILLA

En 1896, tras la muerte del cardenal de Sevilla, es nombrado obispo de esta diócesis. Abandona Málaga, con gran pesadumbre de sus diocesanos. En su nuevo destino volvió a dar ejemplo de su visión de futuro y de la importancia de los medios de comunicación fundando un periódico 'El Correo de Andalucía' «para defender la verdad y la justicia». Todo esto no fue impedimento para que él, desde su humildad, se planteara en más de una ocasión la posibilidad de renunciar al episcopado, considerándose indigno e incapaz de este ministerio. Y si no se retiró fue, entre otras cosas, por consejo de Della Chiesa, futuro Benedicto XV.

En enero de 1906, tras volver de la boda de Alfonso XIII moría en Sevilla. Juan Pablo II, en su visita a Sevilla el 5 de noviembre de 1982, oró ante su sepulcro, que visitó expresamente. En 1987, Juan Pablo II lo proclamó beato.