Los Santos Angeles Custodios

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

Sitio Web del Padre

 

 

2 DE OCTUBRE


LOS SANTOS ANGELES PREDICADOS POR LOS PADRES DE LA IGLESIA

Decía Orígenes: "Los cristianos creemos que a cada uno nos designa Dios un ángel para que nos guíe y proteja", pues el salmo 90: " Dios ha dado órdenes a sus ángeles, para que te guarden en tus caminos". Y Jesús: "Cuidad de no escandalizar a ninguno de estos pequeñuelos, porque sus ángeles están siempre contemplando el rostro de mi Padre Celestial". Y Judit libertadora de Betulia afirmaba: "El ángel del Señor me acompañó en el viaje de ida, en mi permanencia allí y en el viaje de vuelta". Cuando San Pedro sale de la cárcel y llama a la puerta de la casa donde estaban reunidos los discípulos de Jesús, ellos creen que no es Pedro sino " su ángel" (Hech 12, 15). En realidad era el ángel el que le había librado de las cadenas. San Agustín afirma que «el Ángel de la Guarda nos ama como a hermanos y quiere vernos ocupar en el cielo las sillas de que se hicieron indignos los ángeles rebeldes».

Orígenes en el siglo III: «Cada uno de nosotros tenemos un ángel que nos dirige, nos acompaña, nos gobierna, nos amonesta y presenta a Dios nuestras plegarias y buenas obras». San Gregorio Magno dice: «En casi todas las páginas de las Sagradas Escrituras está contenida la existencia de los Ángeles».San Bernardo en un sermón sobre el ángel Custodio, comentando estas tres frases: Respetemos su presencia, portándonos como es debido. Agradezcámosle sus favores, que son muchos más de los que nos podemos imaginar. Y confiemos en su ayuda, que es muy poderosa porque es superior en poder a los demonios que nos atacan y a nuestras pasiones que nos traicionan.

Ya en el año 800 se celebraba en Inglaterra una fiesta a los Ángeles de la Guarda. 

DOCTRINA DE SANTO TOMAS

Santo Tomás de Aquino divide los Coros angélicos en nueve categorías diferentes: «Los Serafines, Querubines y Tronos, forman la corte de la Santísima Trinidad ; las Dominaciones presiden el gobierno del Universo; las Virtudes, la fijeza de las leyes naturales; las Potestades refrenan el poder de los demonios; los Principados protegen a los reinos y naciones; los Arcángeles defienden a las comunidades menores, y los Ángeles guardan a cada uno de los hombres».

ORACIONES TRADICINALES A LOS ANGELES

"Ángel del Señor, que por orden de su piadosa providencia eres mi guardián, custódiame en este día ilumina mi entendimiento, dirige mis afectos, gobierna mis sentimientos, para que jamás ofenda a Dios Señor. Amen. 


Angel de mi guarda, 

mi dulce compañía, 

no me desampares 

ni de noche ni de día, 

hasta que me pongas

en los brazos de Jesús, José y 

María. 




Angele Dei,

qui custos es mei,

me tibi commissum

Pietate Superna,

illumina, custodi,

rege et guberna.
Amen. 

«Ángel santo de la guarda, compañero de mi vida, tú que nunca me abandonas, ni de noche ni de día. Aunque espíritu invisible, sé que te hallas a mi lado, escuchas mis oraciones, y cuentas todos mis pasos. En las sombras de la noche, me defiendes del demonio, tendiendo sobre mi Ángel de Dios, que yo escuche, tu mensaje y que lo viva, que vaya siempre contigo, hacia Dios, que me lo envía. Testigo de lo invisible, presencia del cielo amiga, gracias por tu fiel custodia, gracias por tu compañía». 

EL HIMNO DE LAUDES SINTETIZA EL SENTIDO DE LA FIESTA

«Ángel santo de la guarda, 

compañero de mi vida, 

tú que nunca me abandonas, 

ni de noche ni de día. 

Aunque espíritu invisible, 

sé que te hallas a mi lado, 

escuchas mis oraciones, 

y cuentas todos mis pasos. 

En las sombras de la noche, 

me defiendes del demonio, 

tendiendo sobre mi pecho, 

tus alas de nácar y oro. 

Ángel de Dios, que yo escuche, 

tu mensaje y que lo viva, 

que vaya siempre contigo, 

hacia Dios, que me lo envía. 

Testigo de lo invisible, 

presencia del cielo amiga, 

gracias por tu fiel custodia, 

gracias por tu compañía».

La Iglesia celebra la fiesta de los ángeles custodios desde el Siglo XVII, instituida por el Papa Clemente X, que en 1608 extendió su fiesta a toda la Iglesia. 

SAN JUAN BOSCO EXHORTA A SUS MUCHACHOS A INVOCAR AL ANGEL DE LA GUARDA

San Juan Bosco narra que un dos de octubre, recomendó a sus muchachos que en los momentos de peligro invocaran a su Ángel Custodio y que en esa semana dos jóvenes obreros estaban en un andamio altísimo alcanzando materiales y de pronto se partió la tabla y se vinieron abajo. Uno de ellos recordó el consejo oído y exclamó: "Ángel de mi guarda!". Cayeron sin sentido. Fueron a recoger al uno y lo encontraron muerto, y cuando levantaron al segundo, al que había invocado al Ángel Custodio, recobró el sentido y subió corriendo la escalera del andamio como si nada le hubiera pasado. Dijo: "Cuando vi que me venía abajo invoqué a mi Ángel de la Guarda y sentí como si me pusieran por debajo una sábana y me bajaran con suavidad. Y ya no recuerdo más". Así lo narra el santo.

EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO 

El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento hablan de su acción prodigiosa en favor de los hombres: Un ángel avisa a Lot del castigo Sodoma. Un ángel conforta a la criada de Abrahán, Agar caminando despedida por el desierto. Un ángel socorre al Profeta Elías y le alimenta con pan y agua por dos veces cuando huye de la reina Jezabel. San Rafael acompaña al joven Tobías y cura a Sara y a su padre de la ceguera, como leemos en el libro de Tobías. También en el Nuevo Testamento aparece el ángel liberando a Pedro de las cadenas y abriéndole la puerta de la cárcel. Los Salmos hablan con frecuencia de los Ángeles. Jesucristo se refirió en varias ocasiones a la misión de estos Espíritus puros.

LOS ANGELES EN LA VIDA DE LOS SANTOS

En las vidas de los Santos, tanto antiguos, Santa Inés, y en la Edad Media , San Francisco de Asís, como modernos, San Francisco de Sales, Santa Micaela del Smo. Sacramento, Santa Gema Galgani y el Beato Manuel Domingo y Sol... La presencia del Ángel de su Guarda en sus vidas es normal. Es doctrina de la Iglesia que cuando nacemos, el Señor nos señala un ángel para nuestra custodia y que cada familia, cada pueblo, cada nación tienen su propio ángel. Para corresponder nosotros al Ángel, que tanto hace por nosotros, hemos de obedecer a Dios que nos dice en el Éxodo: «Respétale y escucha su voz... Si oyes su voz y ejecutas cuanto te ordene, seré enemigo de tus enemigos».