Benedicto XVI, Obispo de Roma

Autor: Padre Jesús Martí Ballester

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El Papa Benedicto XVI ha tomado posesión de su cátedra como obispo de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán, Madre de todas las Iglesia, su Catedral. En la homilía ha afirmado que el obispo de Roma se sienta en su cátedra para dar testimonio de Cristo, que es el símbolo de la «potestas docendi», potestad de enseñanza que constituye una parte esencial del mandato de atar y desatar conferido por el Señor a Pedro y, después de él, a los Doce. En la Iglesia, la Sagrada Escritura, cuya comprensión crece bajo la inspiración del Espíritu Santo, y el ministerio de la interpretación auténtica, conferido a los apóstoles, se pertenecen mutuamente de manera indisoluble. 

LA SAGRADA ESCRITURA

Allí donde la Sagrada Escritura es extraída de la voz viva de la Iglesia, se convierte en víctima de las disputas de los expertos. La ciencia por sí sola no puede ofrecernos una interpretación definitiva y vinculante; nos es capaz de darnos, en la interpretación, esa certeza con la que podemos vivir y morir. Hace falta la voz de la Iglesia viva, confiada a Pedro y al colegio de los apóstoles hasta el final de los tiempos. Esta potestad de enseñanza da miedo a muchos hombres dentro y fuera de la Iglesia. Se preguntan si no es una amenaza a la libertad de conciencia, si no es una presunción que se opone a la libertad de pensamiento. No es así. El poder conferido por Cristo a Pedro y a sus sucesores es, en sentido absoluto, un mandato a servir. La potestad de enseñar, en la Iglesia, comporta un compromiso al servicio de la obediencia a la fe. 

EL MINISTERIO DEL PAPA

El Papa no es un soberano absoluto, cuyo pensamiento y voluntad son ley. Por el contrario, el ministerio del Papa es garantía de la obediencia a Cristo y a su Palabra. El Papa no debe proclamar sus propias ideas, sino vincularse y vincular a la Iglesia a la obediencia a la Palabra de Dios, ante los intentos de adaptarse y aguarse, así como ante todo oportunismo. Lo hizo el Papa Juan Pablo II, cuando ante todos los intentos, aparentemente benévolos, ante las erradas interpretaciones de la libertad, subrayó de manera inequívoca la inviolabilidad del ser humano, la inviolabilidad de la vida humana desde su concepción hasta la muerte natural. La libertad de matar no es una verdadera libertad, sino una tiranía que reduce el ser humano a la esclavitud. El Papa es consciente de estar ligado a la gran comunidad de la fe de todos los tiempos, a las interpretaciones vinculantes desarrolladas a través de la peregrinación de la Iglesia. Su poder no está por encima, sino que está al servicio de la Palabra de Dios, y sobre él pesa la responsabilidad de hacer que esta Palabra siga haciéndose presente en su grandeza y resonando en su pureza, de manera que no se haga añicos con los continuos cambios de las modas. 

POTESTAD DE ENSEÑANZA

La cátedra es símbolo de la potestad de enseñanza, que es una potestad de obediencia y de servicio, para que la Palabra de Dios -¡su verdad!- pueda resplandecer entre nosotros, indicándonos el camino. Pero ¿cómo es posible dejar de recordar las palabras que san Ignacio de Antioquia escribió a los romanos? Pedro, procedente de Antioquia, su primera sede, se dirigió a Roma, que se convirtió en sede definitiva con el martirio que unió para siempre su sucesión con Roma. Ignacio, obispo de Antioquia, se dirigía hacia el martirio en Roma. En su Carta a los Romanos, se refiere a la Iglesia de Roma como la que preside en el amor. Para la antigua Iglesia, la palabra amor, «ágape», hacía referencia al misterio de la Eucaristía. En este misterio, el amor de Cristo siempre se hace tangible entre nosotros. Aquí, Él se entrega siempre de nuevo. Aquí, Él se hace traspasar el corazón siempre de nuevo. Aquí, Él mantiene su promesa según la cual, desde la Cruz, habría atraído a todos hacía sí. En la Eucaristía, nosotros mismos aprendemos el amor de Cristo. 

LA EUCARISTIA

Gracias a este centro y corazón, gracias a la Eucaristía, los santos han vivido, llevando el amor de Dios al mundo de formas y maneras siempre nuevas. ¡Gracias a la Eucaristía, la Iglesia renace siempre de nuevo! La Iglesia no es más que esa red -¡la comunidad eucarística!- en la que todos nosotros, al recibir al mismo Señor, nos convertimos en un solo cuerpo y abrazamos a todo el mundo. Presidir en la doctrina y presidir en el amor, al final, tienen que ser una sola cosa: toda la doctrina de la Iglesia, al final, lleva al amor. Y la Eucaristía, como amor presente de Jesucristo, es el criterio de toda doctrina. Del amor dependen toda la ley y los profetas, dice el Señor (Mateo 22, 40). El amor es el cumplimiento de la ley, escribe san Pablo a los romanos (13, 10). 

INTENTOS DE ADAPTAR Y OPORTUNISMO

El Papa debe ligarse a sí mismo a la Iglesia para obedecer la palabra de Dios cuando se enfrenta a todos los intentos de adaptar, y al oportunismo". "Eso fue lo que hizo Juan Pablo II cuando, frente a interpretaciones erróneas de la libertad, subrayó de un modo inequívoco la inviolabilidad del ser humano, de la vida humana desde la concepción a la muerte natural". "La libertad para matar no es una verdadera libertad sino una tiranía que reduce al ser humano a la esclavitud”. El Papa afirma que mantendrá la posición de Juan Pablo II sobre el aborto y la eutanasia asegurando que los Pontífices deben ser fieles a la palabra de Dios frente a los intentos de "aguar" la doctrina de la Iglesia. Y en la vida interna de la Iglesia, ¡cuánto trabajo por hacer, tantas verdades a medias por aclarar, cuántas indolencias y cuántos errores aún por disipar, cuántos fuegos moribundos por avivar! Lo irá haciendo con su estilo claro y terso, diáfano, estéticamente perfecto, que entienden todos y deleita a todos, con el don de la oratoria de que hablaba Horacio para el orador, “vir bonus dicendi peritus”, con su sabiduría teológica que sabe ir al grano y a la manifestación de la verdad y de la belleza, con su mansedumbre, tan denostada e incomprendida, que le han colgado unos y otros, el erudito profesor, el teólogo que atraía a la juventud en su cátedra de Ratisbona. 

ESTADO ACONFESIONAL

Que el Estado sea aconfesional no significa que el Estado sea amoral; y cuando se va contra la ley natura se es amoral. Si la ley exige que se encarcele a los terroristas no es porque es católica, sino porque es humana. Si la ley detiene a los ladrones no es por ser católica, sino humana. Si ha de ser protegida toda vida humana aún no nacida no es por ley católica, sino por valor humano. Si los embriones humanos son dignos de respeto es porque todos hemos sido embriones. Si es injusto igualar el matrimonio a las uniones homosexuales es porque tenemos ojos en la cara, no porque vamos a misa. Si la guerra injusta es un error intolerable, no es por ser ley católica, sino porque no se puede hacer un mal para conseguir un bien. Eso sí. Si nos esforzamos por no hablar mal y rezar por los que están haciendo mucho daño a la sociedad eso sí que es porque seguimos el evangelio. 

LEVI-STRAUSS

Hay pocos hombres con galones suficientes para mirar de frente a la Humanidad. El etnólogo francés Claude Lévi-Strauss es uno de ellos. Con un siglo de pensamiento, a sus 97 años ha cantado las cuarenta al género humano. “La única oportunidad que le queda a la Humanidad es reconocer que se ha convertido en su propia víctima, para quedarse en igualdad con todas esas otras formas de vida que se ha empeñado y se empeña en destruir”, ha dicho con su dicción acompasada y sin inmutarse, en los salones de la Academia Francesa, donde recibió el XVII Premio Internacional de Cataluña. Con fuerzas todavía para hacer sonar la campana de la Historia, el pensador clamó para que la sociedad frene su tren desbocado de desarrollo a costa de consumirse y Occidente deje de ser carnívoro: “Los derechos de la Humanidad cesan en el momento en que su ejercicio pone en peligro la existencia de otras especies. Lévi-Strauss considera que está en peligro ese registro inmaterial que es el saber si unas culturas devoran a otras, si Occidente se zampa otros continentes y el ser humano arrasa con otros seres vivos.

Si esperamos saber un día qué es el hombre, urge reunir, mientras sea todavía posible, todas esas realidades culturales que no debían nada a los aportes y las imposiciones de Occidente, aseveró uno de los últimos sabios del XX, escoltado por la atenta mirada de los cuadros y estatuas de Montesquieu, Dumas o Corneille, que le precedieron en descifrar y describir el mundo. 

EL NACIONALISMO 

Levi-Straus considera que las nuevas relaciones que desbordan las fronteras permitirán borrar los desastres que provocaron en el XX, «las identidades nacionales» de los Estados. Reconoció haberse inspirado en Ramón Llull, escritor valenciano del siglo XIII. Llena de gozo y esperanza este caso de juventud nonagenaria y compensa la pena de los más frecuentes de decrepitud espiritual juvenil. Hace falta mucho garbo para, sin dejar de ser un hombre de orden y un maestro de cortesías, saber recibir un premio de la Generalitat y convertir el acto, en la Academia que fundó el cardenal Richelieu, en una demoledora crítica ante el fenómeno del nacionalismo. El antropólogo propone como alternativa reforzar los Estados, difuminando sus fronteras. Está a favor del sentido común y de la Historia para que los vectores que han marcado la condición humana a lo largo de los siglos puedan seguir actuando en el futuro. 

BENEDICTO XVI VISTO POR GUSTAVO BUENO

Gustavo Bueno, filósofo --ateo católico--, considera que Benedicto XVI no está en Babia y que sabe muy bien cuál debe ser la postura de la Iglesia en este momento, muy lejos de utópicas alianzas de civilizaciones. “Estar en Babia” es un refrán español, del reino de León, cuando España estaba formada por reinos que luchaban por recuperar de los árabes los reinos arrebatados. Los reyes de León pasaban el verano en Babia, región placentera, bien comunicada, habitada por gente pacífica e hidalga, leal al rey y llena de lugares para cazar osos, corzos y jabalíes; lugares paradisíacos y alejados del campo de batalla. Los Ordoños, Alfonsos, Ramiros y Fernandos se encerraban en Babia huyendo de las intrigas de la corte leonesa y de las ambiciones de nobles y prelados. Los súbditos cuando necesitaban al rey y preguntaban por él, los ministros les contestaban: El rey está en Babia, expresión que hoy se refiere a toda persona distraída o que parece ausente. Bueno critica a los católicos que arremeten contra el Papa y no dejan la Iglesia, y a los no católicos entrometidos que también le fustigan. El prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe era el guardián de la ortodoxia. El hombre que debía conocer el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, los teólogos, los santos padres, la tradición agustiniana y sobre todo la tomista. 

CUESTIONES SOCIALES

Dicen que no se interesa por las cuestiones sociales. La teología de la liberación la considera una cuestión social. Pero a mí me parece que su actitud ante Boff es doctrinal. Boff dice que en los pueblos del Tercer Mundo están las semillas del verbo. Y que por tanto hay que interpretar las mitologías étnicas para entender la teología de la liberación. La clave del rechazo no está tanto en el diálogo entre cristianos y marxistas cuanto en las visiones teológicas indigenistas. 

HANS KÜNG

Con Hans Kung también choca. Lo leí bien, un embrollo tremendo y repugnante pues es de una ambigüedad enorme. Mezcla Nietzche con no se qué más. Un lío, no sabe dónde está. Y lógicamente Ratzinger lo condena. Recuerdan aquello de Fray Gerundio de Campazas: “El Espíritu Santo dice, y en mi opinión dice bien”. Lo llaman reaccionario, inquisidor. Están los teólogos, los cristianos de base o las catequistas. Es el colmo ver a una catequista muy progre diciendo que no le vale este Papa. Vaya falta de sindéresis. Sorprende que siendo católicos no afirman que el Espíritu Santo dice y dice bien, sino que el Espíritu Santo dice y dice mal. Es el colmo de la insolencia. Que se vayan de la Iglesia. Otros dicen, como un cura de Oviedo, que este Papa es un teórico. Pero lo que dice un defensor de la fe no es teoría, es doctrina. 

ES UN TEÓLOGO

No es un teórico es un teólogo. Santo Tomás utilizaba a Aristóteles y Benedicto XVI utiliza a Kant. Ratzinger dice que la Iglesia es Cristo. Y que Cristo es verdad y caridad que confluyen y se identifican porque la caridad sin la verdad es ciega y la verdad sin la caridad es vacía. ¡Eso es Kant!, que afirma que los conceptos sin intuiciones son vacíos y las intuiciones sin conceptos son ciegas. Coge a Kant y lo varía un poco. Modula a Kant. Es muy importante porque ése es uno de los puntos en que Kant demuestra que no tiene idea de cómo se unen esas dos cosas. La intuición es el espacio y el tiempo y los conceptos son el entendimiento puro, las categorías. Explicar con metáforas auditivas o visuales cómo se unen no es ya filosofía. Es uno de los puntos débiles del sistema kantiano. En cualquier caso, la Iglesia se entiende por la teología. Es lo que dignifica al catolicismo. El catolicismo sin teología no se distingue de los mormones absolutamente en nada. Los que no admitan la teología porque lo consideran pura teoría que se salgan de la Iglesia. 

La cosa es aún peor con los críticos no creyentes. Como Saramago, que dice que este Papa es el gran inquisidor. Saramago es especialmente rechazable por gratuito. Se presenta además como la última palabra de la progresía. Hablar de gran inquisidor es identificarse con la época de Galileo o de Voltaire. Pero ahora la gente en tal caso se deja inquirir. Saramago defiende a supuestos oprimidos. Como él hay mucha gente, todos los intelectuales y artistas. No respetan a la gente que voluntariamente está en la Iglesia.

LA DEMOCRACIA

Al caer la Unión Soviética la democracia es la referencia universal. El fin de la historia política, según Fukuyama, es una idea ya compartida por todos. Lo que hay, en tal caso, es déficit democrático, dicen. Hasta China es demócrata de alguna manera. La ortodoxia es la democracia. Desde la caída del Muro, la gente ve la Iglesia como una sociedad antidemocrática. Pero los grandes jefes de Estado se arrodillan ante el cadáver del Papa. Ratzinger dice que la Iglesia no es democrática sino sacramental y jerárquica. Los jefes de Estado de todo el mundo, que hablan en nombre de la democracia, se arrodillan ante él. Es lo más importante de lo que está ocurriendo y sin embargo no se capta porque aún no se ha digerido. Una de dos, o se considera que no tiene razón Fukuyama y su fin de la historia o estamos ante el fin de la Iglesia. Pero como la Iglesia no es una reliquia, está viva y coleando, ya me dirán. -Se discute hasta el nombre, que ya son ganas de marear la perdiz. 

BENEDICTO XVI NO ESTÁ EN BABIA

En los inicios del siglo XX, Benedicto XV había puesto al día las críticas contra el modernismo según el cual la Iglesia mana a través de la inmanencia vital. Roma no tiene sentido. Es de alguna manera lo que muchos años después dijo Boff: Dios inspira a través de la mitología de los pueblos. Benedicto XVI está orientado a las religiones del libro, al cristianismo y al judaísmo. A los musulmanes los ve como una herejía, como el arrianismo. Le interesa Europa, la ekumene cristiana. Cuando la batalla de las Navas de Tolosa por Alfonso VIII de Castilla, el rey de León se había ido a Babia. Era la gran batalla donde se jugaba el destino de España. Al principio apoyan tropas francesas y alemanas pero hacen tal matanza de moros que Castilla los rechaza. Portugal no ayuda y el rey de León se va a Babia. Benedicto XVI no está en Babia, no habla de la alianza de civilizaciones, ni de la paz perpetua. Soy ateo católico que no es lo mismo que ser ateo musulmán. Los católicos son aliados míos en muchas cosas contra terceros. El catolicismo es derecho romano más filosofía griega. Es nuestra tradición. Benedicto XVI no está en Babia, no habla de la alianza de civilizaciones