Nacimientos selectivos: una consecuencia

Autor: Jesús Domingo Martinez 

 

 

El titular, “¿Es niña? Entonces no. Volveremos a probar”, es una reacción de dos padres ante una ecografía que indica que el feto es niña, reacción que se empieza a extender desde países como China e India a Europa del Este. El uso de los ecógrafos como instrumentos de muerte, no ya en casos de malformaciones genéticas, se va extendiendo. Muchas parejas esperan saber el sexo de la criatura para emitir sentencia. La opción es siempre la misma: si es niña se elimina y se vuelve a probar. Este ya no es sólo un fenómeno en China o en la India. El asunto llega a Europa. De hecho, la socialista suiza Doris Stump ha presentado una propuesta de resolución en el Consejo de Europa. Está preocupada por el desequilibrio entre nacimientos de niños y niñas, fundamentalmente en Albania, Armenia, Azerbaiyán y Georgia. Unas alarmantes proporciones, similares a la de chinos e indios. El Comité de Igualdad de Oportunidades ha instado a los cuatro países a investigar y determinar las causas y pedirá a los estados miembros del Consejo que desarrollen protocolos para que el personal sanitario “no revele” el sexo del bebé con la finalidad de evitar los abortos selectivos por razones de sexo. Varias asociaciones de médicos dicen que la solución no está en evitar la información, está en que no se pueda eliminar a un ser humano, sea el motivo que sea.

A veces la traducción etimológica de las palabras se convierte en eufemismo y no siempre coinciden con el significado total de éstas. Ocurre así en palabras como 'eutanasia' que traduciríamos como 'buena muerte' cuando en realidad es solo 'muerte'. Igualmente sucede con 'eugenesia' (buen nacimiento) que en verdad es la selección del feto según nuestros intereses sin considerar que decidimos sobre un ser humano del que somos responsables pero que, en ningún caso, nos pertenece. La vida es un valor y un derecho con el que no debemos 'jugar' a ser Dios. Nacer cuando haya que nacer, morir cuando llegue la hora.