En educación, las técnicas solas no bastan

Autor: Jesús Domingo Martinez 

 

 

En una situación de emergencia educativa la reflexión sobre “La educación, un lugar de esperanza para los derechos humanos”, nos recuerda que el avance de las técnicas pedagógicas y la aplicación de las nuevas tecnologías en las aulas no son suficientes. La educación sólo merece ese nombre cuando ofrece un camino para responder a la pregunta por el sentido de lo humano, se trataría de una educación integral de la persona humana.

Como ha señalado en la inauguración del Congreso el Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, asistimos a la muerte silenciosa de algunos derechos fundamentales en nuestro mundo, como el derecho a la vida o el derecho a la libertad religiosa. Sólo una educación que abra la razón en toda su amplitud, en la que resplandezcan las virtudes y en la que se haga patente la identidad de lo humano, puede dar respuesta a las necesidades de un mundo justo y solidario. La apuesta de la Iglesia por la educación nace de la afirmación evangélica de acompañar al hombre en el camino de la verdad y de la vida, que es Cristo, garantía de una paz duradera. La contribución histórica de la Iglesia al acceso universal a la enseñanza debe ser aliciente para seguir en esta tarea.