Una oportunidad histórica

Autor: Jesús Domingo Martinez 

 

 

La celebración de la Misa en la Plaza de Cibeles, el pasado día 16, fue el punto de no retorno de la Jornada Mundial de la Juventud. Los jóvenes de todo el mundo llegados a Madrid han entrado de lleno en un acontecimiento que, quiérase o no, atrapará de lleno a la ciudad. Está claro que la naturalidad con la que los peregrinos se paseaban por las calles de la capital de España, la alegría que respiran y el profundo espíritu cívico del que hacen gala conseguirá interpelar a propios y extraños. Así es, y no podía ser de otro modo, dado que el cristianismo tiene pleno derecho de ciudadanía. En una sociedad como la española, secularizada a golpe de timón, y en la que los cambios socioculturales propios de las sociedades industrializadas se han hecho sin la plena conciencia ciudadana, la JMJ será un éxito. Y no por razón del número de asistentes, como tampoco por los numerosos eventos, ni por el conjunto de récords que se puedan llegan a batir; si no porque los católicos con Benedicto XVI al frente tendrán la oportunidad de poner en el centro de la vida social las verdades de la fe cristiana.