De la nostalgia a la confianza en la familia

Autor: Jesús Domingo Martínez 

 

En los días anteriores a la Navidad, fiesta familiar por excelencia además del profundo sentido cristiano, se ha difundido el informe de la Fundación SM sobre “Los jóvenes españoles 2010”. Lleno de contrastes, contiene abundantes temas de reflexión. Entre otros, confirma la tendencia que en cierto modo, se consolidó y creció desde el mayo de 1968, de ver con suspicacia y desconfianza las instituciones y, especialmente las organizaciones de carácter público. No se libra lógicamente la Iglesia.

El estudio no quiere valorar comportamientos, sino intencionalidades. Por eso, afloran con relativa facilidad las contradicciones. Se afirma mayoritariamente que lo primero es la familia, pero alcanza 6,8 sobre 10 la aceptación de que una mujer sin relación estable decida tener un hijo. El individualismo de fondo se manifiesta en la actitud ante las rupturas matrimoniales: el 52% justifica en todos los casos el divorcio, y el 36,4 admite la infidelidad en algunos casos (menos mal que el 47,7% no la justifica nunca). Eso sí, el 73% rompería el vínculo con su pareja en caso de infidelidad.

A pesar de todo, los jóvenes están a gusto en la propia familia, tal vez porque reciben mucho, sin grandes responsabilidades. Quizá esto explica que el 70% de los encuestados encuentre en su familia un “modelo democrático”, que sólo entra en conflicto ante la participación en las tareas domésticas, los resultados en los estudios o los horarios, especialmente nocturnos.